jueves, 29 de julio de 2010

'El cuento número trece', de Diane Setterfield



Voy un poco atrasada con las lecturas, otras gratas actividades me lo han impedido, pero iré poniéndome al día en el mes de agosto. Hoy cuelgo la reseña de "El cuento número trece" y, alterando el orden que tenía previsto, voy a continuar con "Un féretro en el tocador de señoras", que su autora, Regina Roman, me ha amablemente enviado. Tendré el post en un par de días; el libro parece de fácil y amena lectura. Espero que estéis todos disfrutando de este verano y … vamos allá con la reseña de hoy!

El cuento número trece” es la opera prima de Diane Setterfield. En ella se nos narran dos historias en tiempos diferentes; una en el presente: Margaret Lea es librera y trabaja en la librería de su padre, una librería de libros antiguos, que cuidada con esmero... y lee. Margaret, de naturaleza solitaria e introvertida, encuentra en los libros sus grandes compañeros. Cada noche a las ocho (ella vive encima de la librería) comienza su ritual de lectura que durará hasta las dos o tres de la madrugada. Ha escrito un pequeño ensayo sobre los hermanos Landier, gemelos que escribieron un diario conjuntamente, mantiene muy buena relación con su padre pero de cierta distancia con su madre, enfermiza y amargada. Cuando era apenas una niña se entera de que ha tenido una hermana gemela siamesa de la que nadie le había hablado, y que había muerto poco después de nacer. Poco más sabemos de ella.

Cuando recibe una carta de Vida Winter, escritora de prestigio, pidiéndole que vaya visitarla y ofreciéndole que escriba su biografía, comienza la otra historia , la del pasado: la vida de Vida Winter y los complejos personajes que va describiendo, Isabelle y Charlie, las gemelas Adeline y Emmeline, el ama la señora Dunne, el jardinero John-the-dig, la institutriz Hester Barrow, el doctor. Maudsley... todos van configurando un mundo de pasiones incomprendidas, de locura, de abandono, de muerte...

En la novela se hacen alusiones literarias frecuentes; "Jane Eyre" de Charlotte Brontë, aparece mencionada en numerosas ocasiones, también se alude a "Cumbres borrascosas" de Emily Brontë , "La dama de blanco" de Wilkie Collins, "Otra vuelta de tuerca" de Henry James, "Middlemarch" de George Eliot, "Villette" y "Shirley" de Charlotte Brontë, "Orgullo y prejuicio" de Jane Austen... ; de hecho, la novela parece ser un homenaje a la novela decimonónica; el incendio que se produce en Angelfield recuerda al incendio de Thornfield en "Jane Eyre" o al de Manderley en "Rebeca", de Daphne du Maurier (Rebeca de Winter- Vida Winter, ¿coincidencia?); las pasiones desatadas recuerdan a las de "Cumbres borrascosas", las extrañas relaciones entre hermanos a "Otra vuelta de tuerca",...

Es una buena novela, en la que todo va encajando a la perfección. Entre la intrincada historia que narra Vida Winter y la que vive Margaret Lea, con sus propios miedos y fantasmas, se va construyendo un libro que te engancha desde la primera hasta la última página.

Uno de los muchos fragmentos que me han gustado ha sido éste, del principio de la novela, en el que se muestra el amor de Margaret por la librería,

"A de Austen, B de Brontë, C de Charles y D de Dickens. Aprendí el alfabeto en esta librería. Mi padre se paseaba por las estanterías conmigo en brazos, enseñándome el abecedario al mismo tiempo que me enseñaba a deletrear. También aquí aprendí a escribir, copiando nombres y títulos de fichas que todavía sobreviven en nuestro archivo, treinta años más tarde. La librería era mi hogar y mi lugar de trabajo. Para mí fue la mejor escuela y, años después, mi universidad privada. La librería era mi vida."

jueves, 8 de julio de 2010

Lecturas...

-->

En un tiempo no voy a poder pasarme mucho por aquí; estaré yendo y viniendo continuamente, así que no podré pasar largos ratos frente al ordenador, aunque sí echaré un vistazo, en la medida de mis posibilidades, a vuestros blogs.

Mi entrada de hoy es solamente para mostraros mi lista de libros para el verano. Entre julio y agosto tengo pensado leer los siguientes de mi lista de pendientes...

1.- El mapa del tiempo de Félix J. Palma, que me recomendó Leonita

2.- Saber perder de David Trueba, que me propuse leer en cuanto vi la reseña de Isi

3.- La soledad de Charles Dickens de Dan Simmons, recomendado por Hypathia

4.- El cuento número trece de Diane Setterfield, que tengo pendiente desde hace tiempo en el foro de  Ábrete libro

5.- Ángeles fugaces de Tracy Chevalier, que mencionó CarmenBéjar y me parece interesante

6.- Shakespeare de Bill Bryson; conocí este libro a través de la reseña que hizo  en su blog  Lluís Salvador 

Estos son los libros que tengo claro que quiero leer, pero aún me queda tiempo para dos o tres más. Ayudadme... ¿Por qué no me recomendáis alguno que hayáis leído y os haya gustado? Me gusta todo tipo de lectura: ensayo, novela, teatro, biografías...

Por cierto, acabo te terminar La elegancia del erizo, de Muriel Barbery, y me ha en-can-ta-do. Normalmente tomo nota de frases que me gustan especialmente de cada libro; con La elegancia del erizo no daba abasto... notas y más notas. Una delicia de libro. Quizá haga una reseña a la vuelta de las vacaciones.

Bueno me despido ya y, por supuesto, aprovecho para desearos un MUY feliz verano a todos/as.

jueves, 1 de julio de 2010

ROSA PARKS


El 1 de diciembre de 1955 Rosa Parks, costurera activista negra, cambió la historia.

Desde 1943 prestaba mucha atención en qué autobús se subía para no volver a coincidir con James Blake, un conductor de autobuses de Montgomery que solía insultar y humillar a los negros; había echado fuera a Rosa y la había arrastrado por el abrigo hasta la puerta de atrás del autobús. Desde ese día prefería esperar cualquiera autobús, o ir andando, antes de subirse a un autobús conducido por el tal Blake. Pero el 1 de diciembre de 1955 Rosa se despistó y subió a un autobús con ese conductor.

Cuando, en la parada del cine Empire, un hombre blanco tuvo que quedarse de pie, Blake les gritó a los cuatro viajeros negros que se levantaran; todos obedecieron excepto Rosa. Fue detenida unas horas y se le impuso una multa de 10 dólares y otros cuatro por las costas legales al recurrir la condena. Todo esto desencadenó un tremendo boicot a los autobuses de Montgomery que a punto estuvo de hacer quebrar la empresa de transporte. La batalla legal llegó al Tribunal Supremo, que ilegalizó finalmente la segregación racial en el transporte público el 20 de marzo de 1956. 

Si queréis conocer la historia de primera mano debéis leer “My life”, su autobiografía, en la que se puede leer, por ejemplo,
“La gente siempre dice que no dejé mi asiento porque estaba cansada, pero no es verdad; no estaba cansada físicamente, o no más de lo que solía estar al final de un día de trabajo. No era vieja, aunque se tiene una imagen de mí entonces como la de una anciana. Tenía 42 años. No, de lo único que estaba cansada era de ceder”.
Pero ella no fue la única ni la primera. En marzo de ese mismo año 1955 Claudette Colvin, una joven de 15 años, se había negado a ceder su asiento en un autobús de Montgomery; pero su caso no fue utilizado por la NAACP (National Asociation for the Advance of the Colored People) porque era pobre, tenía una tez muy oscura y se había quedado embarazada. Rosa Parks, sin embargo, era responsable, discreta, religiosa, educada y de tez clara. Era la perfecta afroamericana ante un jurado.
"Ahora sí que se han metido con la persona equivocada".
En la fotografia, Rosa Parks en el autobús en diciembre de 1956, después de que la Corte Suprema ilegalizara la discriminación racial.