"Fueron en particular los movimientos que se interesaban en la emancipación femenina, como el sansimonismo, los que atrajeron a muchas mujeres y les brindaron estímulos para conquistar el alfabeto y la escritura como expresión de sí y de comunicación de su pensamiento. (...)
Fue Elizabeth Gaskell (Stevenson de soltera, 1810-1865), con su primera novela, Mary Barton, ambientada en Manchester, quien supo comunicar eficazmente la dureza de la condición obrera, situando por primera vez la escena literaria en una fábrica. Publicada de manera anónima en 1848, provocó una vasta reacción entre los conservadores porque al describir la atmósfera de miseria y de tensión, la crudeza de la explotación capitalista, la mercantilización de las personas, describió el homicidio de un rico, fruto de la dureza del enfrentamiento de clases. (...)
Elizabeth, casada con el pastor William Gaskell, al igual que ella activo en el campo de la solidaridad social, luego escribiría muchas otras novelas, centradas en la difícil comunicación entre personas de condiciones diversas, como asimismo la biografía de Charlotte Brontë, a quien la ligaban la amistad y una gran estima. Sin embargo, fue con Mary Barton que logró acertar de lleno, al restituirle a Inglaterra su imagen y a la vez una conciencia social. Consiguió además amalgamar los anhelos de un clima político con una vivencia familiar: la obra gira en torno a la bella y cortejada Mary, la hija de John, y a su recorrido de liberación de la atracción del dinero y de la riqueza hacia el reconocimiento de los dones y las virtudes humanas.
En la introducción, Elizabeth explicaba la génesis de su obra; si inicialmente había pensado escribir un cuento que tuviese como trasfondo un paisaje campestre, en seguida cambió de idea: 'Se me ocurrió pensar en el hondo carácter novelesco de la vida de algunas de las personas con quienes me cruzaba a diario en las populosas calles de la ciudad donde residía. Siempre había sentido una gran conmiseración por esos hombres agobiados por las penas, que parecían condenados a luchar a lo largo de su vida, alternando extrañamente entre el trabajo y la necesidad.' Intentaba ilustrar la condición y las expectativas de ellos: 'No me corresponde a mí juzgar si sus amargas quejas acerca del desdén que recibían de la gente adinerada -sobre todo de los patrones, cuyas fortunas ellos habían ayudado a amasar- tenían o no fundamento.' Lo que la movía era luchar precisamente contra esa indiferencia y 'dar expresión a la aflicción que, de vez en cuando, se abate sobre esas personas mudas; aflicción que sufren sin la conmiseración de las personas felices.'
Mary Barton salió poco después del Manifiesto del Partido comunista de Karl Marx y Friedrich Engels, al cual con frecuencia se asoció en el año de las revoluciones de Europa y contribuyó a mantener alta la antorcha de la protesta social.
He aquí que nos encontramos el caso de una novela capaz de liberar una fuerza que irrumpía en el presente. (Virginia Woolf bendecía a las escritoras decimonónicas) porque habían sabido superar el muro del relato amoroso y de la vida doméstica (y) señalo: 'Ha sucedido algo de suma importancia'. Lo que entró en juego fue la pasión por la realidad."
El canon ignorado. La escritura de las mujeres en Europa (s. XIII-XX)
Fragmento capitulo 5
Tiziana Plebani
Editorial Ampersand