domingo, 27 de febrero de 2011

Lecturas y más lecturas...


Os presento algunos de los nuevos libros que esperan a ser colocados en las estanterías. Habrá que ir haciéndoles sitio. Creo que son bastante variados, ¿no os parece? No sé si ya habréis leído alguno de ellos... 


"La amaba", de Anna Gavalda. Pierre, un rico industrial de sesenta y cinco años, invita a Chloé, su joven nuera, a pasar un fin de semana en la casa de campo familiar. Ella acepta, llevada por la necesidad de cambiar de aires ante el reciente abandono de su marido. "La amaba" se teje en torno al diálogo que ambos mantienen en un momento crucial de sus vidas. Él, siempre arrogante e introvertido, bajará la guardia por primera y última vez para revelarle un secreto, lo que vivió,... o tal vez lo que nunca vivió.

"El tiempo sin ventanas", de Elena Chizhova. En el San Petersburgo de principios de los sesenta, una niña que prefiere la pintura a la palabra se convierte en el centro de la vida de las personas que conviven con ella: su madre, una humilde obrera venida de provincias, y tres ancianas supervivientes de otros tiempos, quién sabe si mejores. Entre remiendos, platos pobres y tristes coladas, lecciones de francés y supersticiones campesinas, las cuatro mujeres formarán alrededor de la niña un muro, levantado con devoción, que intentará protegerla de la crueldad del mundo.

"La abadesa", de Toti Martínez de Lezea. En el año 1517 María Esperanza, abadesa del monasterio de Nuestra Señora de Gracia de Madrigal, en Ávila, recibe un breve del Papa Julio II por el que se la reconoce como hija ilegítima de Fernando el Católico. Su vida cambiará a partir de entonces y buscará en el recuerdo la imagen de su madre, de cuyo lado la apartaron a los siete años de edad. Viajará de Madrigal a Bilbao y tendrá oportunidad de conocer a la reina Juana, la prisionera de Tordesillas, y a su media hermana, María, bastarda como ella. Oirá hablar de sus otros hermanos, conocerá a su sobrino Carlos I y solo durante un instante, estará cerca de quien, según el breve papal, es su padre.


"La abadía de los crímenes", de Antonio Gómez Rufo. Corre el año del Señor de 1229 cuando una oleada de crímenes en la abadía catalana de San Benito causa honda inquietud en la Corona de Aragón. Varias novicias del primer convento femenino del reino han aparecido asesinadas. Para esclarecer estas muertes, el rey don Jaime I inicia personalmente la investigación con la ayuda de la sagaz Constanza, una singular monja navarra.

"Las obras escogidas de T. S. Spivet", de Reif Larsen. T. S. Spivet es un genio de doce años que vive en un rancho en Montana. Su padre es un silencioso cowboy y su madre una científica obsesionada con una mítica especie de escarabajo; su hermano ya no está, y su hermana parece normal, pero solo lo parece. T. S. intenta entender este caos dibujando mapas e ilustraciones de una exactitud impresionante. Su talento tiene recompensa: una institución científica le concede un prestigioso premio y, armado con una pequeña maleta, cruza el país para recogerlo. Logramos ver en este libro la realidad con la mirada de un niño de doce años con una capacidad de observación desbordante.

"El cementerio de Praga", de Umberto Eco. Estamos en marzo de 1897, en París, espiando desde las primeras páginas a un hombre de sesenta y siete años que escribe sentado a una mesa, en una habitación abarrotada de muebles: he aquí al capitán Simonini, un piamontés afincado en la capital francesa, que desde muy joven se dedica al noble arte de crear documentos falsos. Hombre de pocas palabras, misógino y glotón impenitente, el capitán se inspira en los folletines de Dumas y Sue para dar fe de complots inexistentes, fomentar intrigas o difamar a las grandes figuras de la política europea. Caballero sin escrúpulos, Simonini trabaja al servicio del mejor postor: si antes fue el gobierno italiano quien pagó por sus imposturas, luego llegaron los encargos de Francia y Prusia, e incluso Hitler acabará aprovechándose de su malvados oficios. 


"La niña leona", de Erik Fosnes Hansen. Eva, afectada por una rara enfermedad, nace cubierta de pelaje sedoso. Su entorno más cercano la protege del mundo exterior hasta que empieza a asistir a la escuela, donde descubre que es diferente y que su peculiar aspecto genera rechazo en los demás. Entonces, la protagonista de la novela, una niña con un rico universo interior y una inocencia conmovedora, deberá aprender a manejarse en el mundo.

"La princesa de hielo", de Camilla Läckberg. Se llamaba Alexandra, era joven, rica y guapa, y nadie en el pueblo se puede explicar su muerte. Por pura casualidad, Erica, amiga de la infancia y autora de biografías, se ve involucrada en el caso. Había regresado a su pueblo natal para hacerse cargo de la casa que acababa de heredar de sus padres, recientemente fallecidos en un accidente, y para trabajar en su próximo libro. Cuando la familia de Alex le pide que escriba un recordatorio para el funeral, Erica, todavía conmocionada por la repentina muerte de su amiga, comienza a investigar la vida de la víctima. Con la ayuda del comisario Patrik, otro viejo conocido que pronto se convertirá en algo más que amigo, descubre un oscuro secreto, largamente guardado. Alguien conoció a Alex desde su infancia y le preparó un helado lecho mortuorio.

"La Habitación", Emma Donoghue. Para Jack, un niño de cinco años, la Habitación es el mundo entero, el lugar donde nació, donde come, juega y aprende. Por la noche, Mamá lo pone a dormir en el Armario, por si viene el Viejo Nick... Para su madre, la Habitación es el cubículo donde lleva siete años encerrada. Con gran tesón e ingenio, ha creado en ese reducido espacio una vida para su hijo, y su amor por él es lo único que le permite soportar la insoportable. Pero la curiosidad de uno crece a la par que la desesperación de la otra. Solo queda urdir la huida, un plan más arriesgado de lo que ambos puedan imaginar.


Bueno, ya me diréis qué os parecen y con cuál os apetece más poneros. Un saludo. Nos leemos...

viernes, 25 de febrero de 2011

'La isla de los cazadores de pájaros', de Peter May


Empiezo su reseña sin más con una negación tajante: "La isla de los cazadores de pájaros" NO es una novela negra, y una afirmación: ¡Es mucho más! Realmente me ha encantado el libro y espero leer más obras de este escritor novel. 

Esta es, como digo, la primera obra de Peter May, dedicado con anterioridad al periodismo y al guión cinematográfico, profesiones que quedan palpables en las páginas de la novela. Su labor periodística queda claramente de manifiesto en la investigación que sobre la isla, su gente, la caza de las gugas y demás hace el autor. Su dedicación cinematográfica puede igualmente comprobarse en algunas escenas que parecen sacadas de cualquier película.

Finlay (Fionnlagh, en gaélico) Macleod, que acaba de perder a su hijo de ocho años, es enviado a  Crobost, en la isla de Lewis para investigar un asesinato que se ha producido allí y que guarda ciertas similitudes con un asesinato cometido en Edimburgo y del que Finn se había encargado. Crobost es su lugar natal y del que había huido hacía dieciocho años, buscando en la universidad de Glasgow una escapatorio. El ambiente opresivo de la isla, en donde las distintas congregaciones religiosas protestantes ejercían un férreo control sobre los hábitos y costumbres de los moradores de la isla, se hacía insoportable para un adolescente.
"En su cabeza Fin casi pudo oír los salmos en gaélico. Un extraño cántico tribal, sin acompañamiento, que a un oído poco avezado podía sonarle caótico. Pero había algo maravillosamente conmovedor en ellos. Algo que tenía que ver con la tierra y el paisaje con la lucha por la existencia contra la adversidad abrumadora. Algo que ver con la gente entre la que había crecido. En su mayoría eran buenas personas que hallaban algo único en sí mismas, en la forma en que cantaban sus alabanzas al Señor: una expresión de gratitud por esas duras vidas a las que habían encontrado el sentido. El mero recuerdo le puso la carne de gallina."
El asesinato que tiene que investigar es, además, el de un ex-compañero de colegio, Angus Macritchie, un matón con el que Fin y sus amigos habían tenido varios encuentros. Pero al llegar a la isla no se encuentra tan solo con el asesinato, todo su pasado retorna a medida que visita los lugares en los que transcurrió su infancia y adolescencia,  y a medida que ve a los viejos colegas (ArtairMarsaili, Calum, Donald,...), todo vuelve como un raudal de recuerdos, aprisionados durante mucho tiempo.

La novela está contada, de forma muy inteligente, con dos narradores diferentes: un narrador omnisciente, en tercera persona, que nos narra la acción en el tiempo actual, mientras que los recuerdos del pasado son narrados en primera persona por el propio Fin.

En muchas novelas los lugares o tiempos en los que transcurre la acción no tienen la menor relevancia; podía haber sucedido en cualquier otro lugar. En "La isla de los cazadores de pájaros", no solo es un entorno;  es el entorno, que se convierte en verdadero protagonista de la historia: ese clima frío, ventoso, desapacible y con un mar de grandes oleajes, moldea unos caracteres y unos personajes que configuran la verdadera esencia de la novela. Sin la caza de las gugas (crías de albatros) en la isla de An Sgeir, tradición que doce hombres de Ness llevan a cabo año tras año, nada tendría sentido. 

Cazadores de gugas

En cuanto a esta tradición, que es perfectamente descrita, en toda su dureza, en el libro,  he de decir que me desagrada sobremanera, como todas esas tradiciones, normalmente mantenidas por los hombres y en las que las mujeres quedan excluidas, y que son un rito de iniciación para los jóvenes y en donde la hombría y el respeto están en juego... a costa de la tortura y muerte de animales inocentes. Evidentemente el autor no cuestiona para nada esta tradición; de hecho, el único personaje de la novela que la cuestiona, un miembro de un grupo ecologista aparece representado como débil, homosexual,... y la manifestación ecologista, apenas mencionada, cutre y  sin sentido.

Desde luego, una vez comienzas a leer la novela  no puedes parar: la narración es interesante, con esa combinación de tiempos y perspectivas señalada antes, el suspense se mantiene hasta las últimas páginas, con un sorpresivo final, los diálogos son realistas y las descripciones  de increíble calidad y precisión. ¡¡Qué más se puede pedir!!

Marcapáginas 1
A partir de esta entrada os iré enseñando los marcadores que utilizo para cada lectura. Aquí va el primero... ¡Espero que os gusten!

martes, 22 de febrero de 2011

Gracias, gracias, gracias,...


Os voy a poner en situación a ver qué pensáis al respecto...

Imaginaos que sois una persona a la que le encanta leer (no creo que a much@s de vosotr@s os cueste poneros en el caso, ¿verdad?) y la historia, y que decidís empezar con un blog "para hablar de vuestras cosas". Sin mayor ambición. Y a medida que el tiempo va pasando más y más amigos se van uniendo. Y al mismo tiempo te enriqueces y pasas un buen rato leyendo su blogs, y haciendo más amig@s virtuales. Y un día recibes de dos de estas amigas blogueras un precioso marcapáginas personalizado. De dos amigas a las que no tienes el placer de conocer pero con las que compartes tiempo y lecturas y alguna que otra risa...

¿No os sentiríais muy afortunad@s?


Pues así exactamente es como me siento yo ahora mismo. Acabo de llegar de trabajar y en el correo me encuentro una carta de mis amigas  blogueras Lana Drown y Plexiglas, del blog La Biblioteca Encantada. Dentro, la carta en la que, además de recordarme que su blog cumple su primer aniversario el 1 de marzo, me agradecen el formar parte de su blog durante este primer año (sin duda, la que tendría que dar las gracias debería ser yo, por sus estupendas entradas y sus amables comentarios). Y eso no es todo... incluyen un precioso, digo precioso, marcapáginas, el que veis en las fotos: por un lado el título y subtítulo de mi blog, incluso con el color propio del blog, por el otro el del suyo. Un detalle que no sé cómo agradecer, la verdad, porque me ha encantado. ¡¡Millones de gracias, chicas!! Y muuuchas felicidades por vuestro añito por la blogosfera. Espero  seguir leyéndoos por mucho mucho tiempo...

No me digáis, amig@s, que no soy una persona con suerte, mucha suerte...

sábado, 19 de febrero de 2011

Otras lecturas...


El examen ya ha pasado y estoy muy contenta de cómo han ido las cosas, la verdad. Ahora a esperar resultados... Gracias a todos por los ánimos y el apoyo, y por continuar pasándoos por el blog. Pensé encontrarme un blog algo más desierto y la de comentarios que he tenido que contestar... ¡qué gusto! ¡Mil gracias, amig@s!!

La foto que os pongo arriba es una de las dos libretas que me han regalado para ir tomando notas de mis lecturas o de lo se me vaya ocurriendo para el blog. ¿A que es bonita? Bueno, a mí me encanta. La otra es la de la fotografía de abajo, que no me digáis que no me va como anillo al dedo...


Ya puedo ir tomando notas en ellas de los libros que estoy leyendo. Ahora mismo estoy con la novela que recibí a través de Bloguzz, "La isla de los cazadores de pájaros", de Peter May. Y por ahora me está gustando mucho; aún no he leído ni la mitad pero entre hoy y mañana voy a adelantar muchas páginas. 

Cuando acabe de leerlo me pondré con otros dos libros que me apetecen mucho. Uno de ellos es...

"Penitencia", de J.E. Alamo, al que ya le tenía ganas de hace tiempo.
El Segador, un asesino en serie que mutila y quema a sus víctimas antes de matarlas, está sembrando el caos en la ciudad. El inspector Aguirre, descreído y cínico, será el encargado de darle captura. Mientas está inmerso en una red de miedos del pasado entre los que intenta conservar la cordura. 
"Penitencia" es una novela coral donde deambulan multitud de personajes e historias que acaban por converger en una telaraña de torturas, canibalismo y muerte, en cuyo centro hay un monstruo agazapado, que ha tejido su trampa con celo y paciencia infinita.

Y la otra... 

"El extraño lugar", de Domingo Santos. "NO ABANDONÉIS TODA ESPERANZA", rezaba la inscripción en la parte superior de la gran verja de hierro forjado que cruzaba de lado a lado la carretera que no conducía a ninguna parte. Al otro lado, apenas entrevista, coronando una pequeña loma, en mitad de la nada, una gran mansión de estilo victoriano: el extraño lugar al que la gente llegaba contra su voluntad en cualquier medio de transporte, a pie, en coche, en burro, en avión,... un singular sanatorio donde la gente se curaba, o no, del mal de la vida, bajo la férrea presencia y control del doctor Moira. Un lugar donde nada era lo que parecía y que guardaba en sus entrañas un terrible secreto...

Después de unas cuantas entradas sobre el Romanticismo español, veis que cambio totalmente de registro. No creo que encuentre entre su páginas ningún emotivo poema de Bécquer o Campoamor... Hay que leer de todo un poco, ¿no creéis?
 

jueves, 17 de febrero de 2011

'Rimas', de Gustavo Adolfo Bécquer


Tal día como hoy, 17 febrero de 1836, nacía en Sevilla Gustavo Adolfo Bécquer. A la temprana edad de 5 años se quedó huérfano de padre y seis años después, con apenas 11 años, huérfano de madre. Los ocho hermanos fueron colocados en casas de familiares y amigos. Por suerte, Gustavo no estuvo totalmente solo, a casa de su madrina a donde fue a vivir le acompañó su hermano Valeriano, su gran gran amigo. Aún así, la sensación de soledad y desarraigo le acompañará toda su vida.
"Al ver mis horas de fiebre
e insomnio lentas pasar,
a la orilla de mi lecho,
¡quién se sentará?

Cuando la trémula mano
tienda próximo a expirar
buscando una mano amiga,
¿quién la estrechará?
Cuando la muerte vidrie
de mis ojos el cristal,
mis párpados aún abiertos,
¿quién los cerrará?
Cuando la campana suene
(si suena en mi funeral),
una oración al oírla,
¿quién murmurará?
Cuando mis pálidos restos
oprima la tierra ya,
sobre la olvidada fosa.
¿Quién vendar a llorar?
¿Quién en fin al otro día,
cuando el sol vuelva a brillar,
de que pasé por el mundo,
¿quién se acordará?"
En Madrid intentó buscarse la vida como periodista primero en "El porvenir" y, más tarde, en el "El contemporáneo". También intentó encontrar la felicidad como hombre; se enamoró, se desencantó, se casó con Casta Esteban, tuvo dos hijos, amó a varias mujeres con mayor o menor intensidad... 
A los 34 años fallece en Madrid el gran poeta romántico, junto con Espronceda, y que abrirá el panorama de la poesía moderna. La poesía ya no será grandilocuente sino una poesía sencilla, que nace del interior del poeta. Sus rimas están llenas de luces y sombras, de naturaleza, pareja unas veces, contraria otras, al alma humana, de evanescencia, de cadencia y musicalidad, de un "sí pero no"... de todo eso y de mucho más.
"Hoy la tierra y los cielos me sonríen,
hoy llega al fondo de mi alma el sol,
hoy la he visto..., la he visto y me ha mirado....
¡hoy creo en Dios!"
Los lectores de Bécquer podemos tener la sensación de una poesía espontánea que surge simultáneamente al sentimiento que lo provoca, con sencillez y sin artificio. Nada más lejos de la realidad. Él mismo dijo que no escribía cuando sentía sino que sus sentimientos y las emociones que éstos le producían quedaban guardados, almacenados y, más tarde, con minuciosidad y trabajo las pulía. Nada surgía de manera natural; era muy consciente de lo que estaba componiendo. Tenía, podríamos decir, mucho "oficio".
Cada una de las rimas constituye una historia en sí misma, aunque los amigos que las publicaron las ordenaron como si de una historia de amor al  uso se tratase. De las 79 rimas solo 15 habían sido publicadas en vida el autor. Estos amigos son los mismo que el mismo día del fallecimiento del poeta, el 22 de diciembre de 1870, empezaron a construir el mito, a lo contribuyó el retrato que su hermano Valeriano había pintado de él, el conocido retrato de Gustavo como héroe romántico.
"Asomaba a sus ojos una lágrima
y a mi labio una frase de perdón;
habló el orgullo y se enjugo su llanto
y la frase en mis labios expiró.
Yo voy por un camino: ella, por otro;
pero al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún, ¿por qué callé aquel día?
Y ella dirá, ,¿por qué no lloré yo?"
Camilo José Cela, ignorando su labor de Bécquer como prosista en sus magníficas "Leyendas", se atrevió a llamarlo "Laúd de una sola cuerda". No fue así, pero aunque lo fuese... ¡Qué bien suena la cuerda, ¿verdad? 

martes, 15 de febrero de 2011

'El señor de Bembibre', de Enrique Gil y Carrasco


La obra "El señor de Bembibre", de Enrique Gil y Carrasco, fue publicada en 1844 y representa la mejor novela histórica del romanticismo español. Sin embargo, el público apenas le prestó atención ya que, en ese momento, se estaba perdiendo interés por ese género. 

La novela histórica en España  debe mucho a Walter Scott, cuya obra fue sobradamente imitada durante el período romántico. Enrique Gil utiliza también como fuentes para "El señor de Bembibre" la obra de autores como Rivas o Espronceda, de los cuales el autor era amigo personal. 

Aunque es una obra claramente romántica, ya empiezan a aparecer ciertos rasgos "realistas" en sus páginas, sobre todo en la descripción de la naturaleza, que el autor pinta de modo certero. La naturaleza ya no es un refugio o un consuelo, sino una realidad viva y bella.


Enrique Gil utiliza un recurso literario muy frecuente en este tipo de literatura: dice haber encontrado unos manuscritos que le revelan los desgraciados amores de don Álvaro y doña Beatriz. Esta historia está enraizada estrechamente con la desaparición de la Orden del Temple, verdadero protagonista de la obra, y que sirve de marco histórico en el que se desarrollan los infortunados amores.

Si se han leído ya algunos relatos o novelas románticas, el desarrollo de esta obra y el final de los héroes protagonistas no sorprenderán demasiado; héroes que, por cierto, comparten características con los héroes románticos de las obras dramáticas comentadas en reseñas anteriores. 

Doña Beatriz, hija de don Alonso Osorio, y don Álvaro Yáñez, sobrino del maestre de Temple en Castilla, están enamorados. El conde Lemus presiona al ambicioso don Alonso para que Beatriz rompa su compromiso con don Álvaro. La falsa noticia de la muerte de don Álvaro llega a oídos de Beatriz que finalmente aceptará el matrimonio con el conde. La aparición posterior de don Álvaro, intrigas varias y la muerte del conde Lemus parecen dirigir la obra hacia un final esperanzador. Pero para conocer el devenir de los acontecimientos  tendréis que leeros las 325 páginas de la novela...


Si os gustan las obras de Walter Scott, por ejemplo "Waverley" o "Ivanhoe", con sus caballeros, damas, pócimas, castillos, pasadizos secretos,... ésta puede ser una buena lectura. Además, ahora que hay tanta proliferación de novela histórica puede ser un buen momento para leer un clásico del género.

domingo, 13 de febrero de 2011

'Leyendas', de Gustavo Adolfo Bécquer


Pues hoy le ha tocado a las "Leyendas" de Gustavo Adolfo Bécquer. Seguro que much@s de vosotr@s ya las habréis leído, y habréis disfrutado del mundo de fantasía, de ensueño, de ese pasado ya lejano que nos evoca Bécquer, con un lenguaje sencillo y sin grandes retóricas a las que otros románticos nos tenían acostumbrados.
 
Bécquer, nacido en Sevilla en  1836 y fallecido en Madrid en 1870, es junto con Rosalía de Castro uno de los denominados "románticos tardíos", o "postrománticos". Cuando Bécquer escribía y publicaba sus leyendas, entre 1861 y 1864, ya el realismo empezaba a tomar forma en España, y Cecilia Böhl de Faber, o Fernán Caballero, como prefiráis, había exclamado su célebre frase: "La novela no se inventa, se observa". Recordemos que la Revolución Industrial empezaba a generar una nueva clase social, el proletariado, a la que la novela realista se dirige.

Y en este clima, con Isabel II en el trono, compone Bécquer estas leyendas en donde lo fantástico, lo fantasmagórico, creado en magníficas atmósferas, transporta al lector a otro mundo.

'La corza blanca'

Todas las leyendas sin excepción se leen con gusto y remontan al lector a un pasado en donde la naturaleza ya no es el "locus amoenus" del Renacimiento, sino una naturaleza agreste, oscura, tenebrosa en algunos casos, y en donde la muerte tiene siempre un hueco; la muerte, tan recurrente en Bécquer y en todos los románticos, se presenta como única forma de escape ante la frustración que el artista romántico siente: sus expectativas artísticas y vitales se estrellan una y otra vez contra una realidad que les resultaba hostil.
 
De entre las leyendas recuerdo con especial deleite la lectura de "La promesa", "La corza blanca", "El beso", "El rayo de luna", "Maese Pérez el organista" y "El monte de las ánimas", por poner tan solo algunas. (Si picáis en el título podréis leer, o releer, la leyenda).

'El beso'

En "La promesa" el conde de Gómara se va a la guerra dejando a la pobre Margarita llorando por su amor, y por la recuperación de su honor perdido. Pero la muerte va a impedir el cumplimiento de la promesa... ¿o no? El medievo se nos recrea aquí y, por ejemplo, en la escena inicial, en donde  el conde y Margarita están juntos en la despedida, parece que nos hayamos en la lectura de uno de los romances tradicionales.

En "El beso" Bécquer retoma el tema de la mujer ideal, la mujer imposible porque no existe en este mundo tal perfección.  Este tema me recuerda que un suceso de su vida amorosa... Bécquer se había quedado prendado de dos hermanas apostadas en un balcón: Julia y Josefina, que inspiraron algunas de sus rimas (Josefina, por ejemplo, tenía la "pupila azul"). No se sabe con certeza qué tipo de relación se estableció finalmente entre ellos, si de amistad  o algo más, ni de cuál de ellas estaba más prendado (dos días antes de su muerte Bécquer se encargó de quemar toda su correspondencia amorosa); lo que sí sabemos es que, al inicio, el poeta no quería ni hablar con ellas para no romper el hechizo, la imagen perfecta que él había creado en su imaginación... el ideal!

'El monte de las ánimas'

En "El monte de las ánimas" como os podéis imaginar, el mundo de los espíritus y los fantasmas se adueña de la obra. En el prólogo nos explica  que  recordó la leyenda en el mismo momento al oír la campanas que suenan en la noche de difuntos; ya nos va situando en un ambiente de cementerios y muerte.

Bécquer con sus leyendas logró llevar a la máxima expresión un género que estaba totalmente devaluado, la leyenda en prosa, y al mismo tiempo la llevó a su fin; después de las leyendas becquerianas las que se escribían parecían tan solo burdas imitaciones. Las de Bécquer son obras maestras en su género y, por lo tanto, una lectura muy recomendable, casi diría que imprescindible.

sábado, 12 de febrero de 2011

El espíritu romántico


Me sigo dejando llevar por el más puro espíritu romántico, el de Keats, Byron, Novalis, Blake, Shelley, Victor Hugo, De Quincey,... y os traigo una pequeña selección de célebres frases de estos autores y que nos pueden ayudar a entender la concepción que los románticos tenían del hombre y del mundo.

HEINRICH HEINE
"¿No es la vida del individuo acaso tan valiosa como la de toda la especie? Cada hombre es un mundo que con él ha nacido y con él muere; en cada tumba yace una historia universal."

WILLIAM BLAKE 
"Para ver un mundo en un grano de arena, y el cielo en una flor silvestre, ten el infinito en la palma de la mano, y la eternidad en una hora."

GIACOMO  LEOPARDI
"El amor y la muerte son las únicas cosas bellas que tiene el mundo."

THOMAS DE QUINCEY
"Mi amor se manifestaba de tres maneras distintas: besaba su guante las pocas veces que lo encontraba olvidado sobre al mesa; buscaba motivos para sentirme celoso, y hacía todo lo posible por pelearme con ella." 

VICTOR HUGO
"Dentro de uno mismo es donde hay que ver lo exterior. El profundo y oscuro espejo está en el fondo del hombre. Allí está el terrible claroscuro... Al asomarnos al pozo que es nuestro espíritu, divisamos en él a una distancia de abismo, en un estrecho círculo, la inmensidad del mundo."

JOHN KEATS
"Belleza es Verdad, Verdad es Belleza. eso es todo cuanto podemos saber en esta Tierra, y cuanto necesitamos saber."

PERCY BYSSHE SHELLEY
"Nuestros cantos más dulces son los que hablan del pensamiento más triste."

¿Os dejáis llevar, entonces, por el espíritu romántico?

jueves, 10 de febrero de 2011

'La conjuración de Venecia', de Francisco Martínez de la Rosa


Siento comenzar hoy la reseña diciendo que "La conjuración de Venecia", de Francisco Martínez de la Rosa, no me ha gustado demasiado. Algunas críticas que he leído se extrañan de la poca investigación y estudio existente sobre ella, pero la verdad a mí no me cuesta demasiado entenderlo. Es verdad que es la que se considera la primera obra romántica escrita por un dramaturgo español. Bien, eso tiene su relevancia,  no lo niego. La obra fue representada por primera vez en Cádiz en 1832 y en el Teatro Príncipe de Madrid el 23 de abril de 1834. Fue un rotundo éxito, como lo confirma la sucesión ininterrumpida de representaciones hasta el mes de mayo.

No es una obra plenamente romántica, se encuentra a medio camino entre el romanticismo y el neoclasicicismo del que se ve todavía muy influenciada y eso, en mi opinión, no permite que la obra llegue al lector/espectador. No existe ese diálogo interior del personaje que nos permite identificarnos con él y con su soledad espiritual.

Francisco Martínez de la Rosa

Rugiero, el protagonista, hace gala de todas las características del héroe romántico: misterioso origen, leal, apasionado, valeroso,... Está enamorado de Laura, la heroína "consuelo del héroe", pero el amor se ve truncado, como es habitual, por los avatares políticos y del destino. El padre y el tío de Laura, Juan Morosini y Pedro Morosini, van a desempeñar un papel relevante en el desarrollo de la acción, hasta un trágico e irónico final de revelación. Pero Rugiero, además de carecer de ese diálogo interior, no acaba de creer en el amor como la gran fuerza salvadora, como el verdadero soporte existencial, de lo que serán claramente  conscientes todos lo héroes románticos posteriores.

Como dije con anterioridad la obra todavía está imbuida de la perspectiva neoclásica y en ella no aparece la lucha por la libertad como el gran tema, ni el de la Providencia, que no encajaría con las fuertes convicciones religiosas de Martínez de la Rosa, que además desempeñó cargos políticos de relevancia con un talante conservador. 

Con "La conjuración de Venecia" doy por finalizadas las reseñas del teatro romántico español, y damos comienzo a la prosa: leyendas de Bécquer, artículos de Larra y la novela "El señor de Bembibre", de Enrique Gil y Carrasco. Espero que os gusten...

miércoles, 9 de febrero de 2011

'La isla de los cazadores de pájaros', de Peter May


Al fin tengo en casa "La isla de los cazadores de pájaros", de Peter May. La portada como veis es muy bonita, o a mí me lo parece, y por lo que he leído en la contraportada creo que va a ser muy agradable dar lectura a sus 399 páginas.
"La investigación del macabro asesinato de un antiguo compañero de clase obliga al detective Fin Macleod a regresar al lugar donde nació y al que esperaba no tener que volver nunca: la isla de Lewis, al oeste de Escocia. Los agrestes paisajes de la isla y el opresivo ambiente de la comunidad dibujan el escenario de un caso marcado por la envidia, los amores frustrados, las tradiciones más cruentas y los recuerdos olvidados."
No sé qué opináis vosotr@s, a mí me parece que esto promete...  Será mi primera novela de Peter May, novela que se publicará simultáneamente en España y el Reino Unido, allá con el título original de "The Blackhouse".

Ya para acabar os pongo aquí el proverbio gaélico con el que se inicia el libro. Puede darnos algunas pistas...
                "Tri rudan a thig gun iarraidh: an t-eagal, an t-eudach 's an gaol."
(Hay tres cosas en la vida que llegan sin que uno las pida: miedo, amor y celos.)

¡Gracias por la visita!







'Don Álvaro o la fuerza del sino', del Duque de Rivas


Si os soy sincera, algo de respeto, por no decir mucho, me produce el reseñar la obra maestra del teatro romántico, "Don Álvaro o la fuerza del sino", ya analizada sobradamente por estudiosos de renombre. Yo haré aquí mi modesta contribución a la causa romántica.

Y empezaré diciendo que la obra me ha encantado. Algunas críticas, ya superadas desde mi punto de vista,  le achacaron ciertos desórdenes estructurales, cierto caos, que no es tal. Su autor, Ángel de Saavedra y Ramírez de Baquedano, más conocido como Duque de Rivas, lo dispuso todo de tal modo que produjese el efecto por él deseado.

Duque de Rivas

De los dos romanticismos de los que hablan los críticos, el romanticismo histórico, en el que podemos encuadrar, por ejemplo, "Don Juan Tenorio", y el romanticismo subversivo, en el que se encuentra "Don Álvaro o la fuerza del sino" y en donde podemos incluir la obra de autores como Espronceda, yo sin duda me quedo con el segundo, un romanticismo menos sentimental y más radical, en el que se reconoce por primera vez  el pensamiento moderno: el fracaso de los valores absolutos y  las líneas de pensamiento tradicionales, bien arraigadas en la España católica. 

En esta obra en concreto el Duque de Rivas nos deja clara la orfandad espiritual del ser humano, su aislamiento, y la desesperanza en la que el hombre cae al ver su vida avocada a la desgracia por un destino fatal. El papel de la Providencia, como muy bien se encarga de transmitirnos el autor, no tiene cabida aquí.

El caminante sobre el mar de nubes,  de Friedrich

Os recuerdo brevemente el argumento, procurando no destrozaros la lectura si todavía no lo habéis leído... Don Álvaro, mestizo y de incierto origen, se enamora de Leonor (otra vez Leonor es el nombre de la heroína, como en "El Trovador"); es correspondido, pero el padre de ella, el marqués de Calatrava, de rancia familia noble venida a menos, no consiente en tal unión. A partir de aquí el destino, que otros dan en llamar fatalidad, decidirá el discurrir de los acontecimientos en los que don Álvaro, doña Leonor, el marqués, don Carlos y don Alfonso, hermanos de la dama, se verán envueltos; casualidades desgraciadas que encajan perfectamente en esa visión pesimista del romanticismo.

La obra está dividida en cinco jornadas, como era costumbre en la época, y fue escrita con mezcla, también típico del romanticismo, de prosa y verso.  Se lee con mucha facilidad, y a través  de ella  podemos comprender mejor la visión arrebatada, pasional y desesperanzada del hombre romántico.

domingo, 6 de febrero de 2011

'Don Juan Tenorio', de José Zorrilla


La obra teatral que nos ocupa hoy no es otra que "Don Juan Tenorio", de José Zorrilla. Podría pensarse que fue un gran éxito desde el principio, como dijimos de "El Trovador", pero no fue así, desde luego. Se estrenó en 1844  pero no fue hasta 1860 que empezó a representarse con regularidad en la celebración de ánimas en noviembre, en sustitución de otra obra que se representaba por esas fechas, "No hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague y convidado de piedra ", de Antonio de Zamora

Los personajes que aparecen en la obra, don Luis Mejía, contrincante, don Gonzalo, padre de Inés, don Diego, padre de don Juan, doña Inés, Centellas y Avellaneda, amigos, Brígida, la celestina, cada uno a su manera juegan un papel fundamental en el drama de don Juan Tenorio, el drama de la incomunicación, la soledad, la culpa, que  inundan finalmente su vida.

Don Juan aparece aludido por distintos personajes como Satanás, pero un diablo con características muy familiares y, desde luego, muy humano. Don Juan es arrogante, pendenciero, jugador, mujeriego y representa al héroe romántico que no respeta además las normas morales ni las convenciones sociales. A todo planta cara. A todo menos al amor verdadero, ante el que sucumbe, y que finalmente le redime.

José Zorrilla

Se nos presenta en el acto I de  la primera parte como un personaje que se atreve a decir,
"Por donde quiera que fui,
la razón atropellé, 
la virtud escarnecí, 
a la justicia burlé,  
y a las mujeres vendí. 
Yo a las cabañas bajé, 
yo a los palacios subí, 
yo los claustros escalé, 
y en todas partes dejé
memoria amarga de mí."
para en el acto II de la primera parte reconocer sin ambages la ternura que le produce doña Inés, y humillándose en el acto IV ante don Gonzalo, en una escena de gran intensidad, y cuyo desenlace supone el solitario y trágico destino de don Juan. Zorrilla es  original en el tratamiento de este personaje, de su profundidad psicológica; don Juan es un personaje que evoluciona y cambia. 

Doña Inés, por otra lado, es apenas una niña de 17 años, tierna, inocente, dulce y desconocedora de todos lo engaños del mundo. Desde casi su nacimiento está enclaustrada en el convento, alejada del mundo y sus placeres, y es ella la que logra ablandar el corazón del diablo. Pero esa doña Inés ya no representa el ideal romántico sino que se acerca más a la mujer sentimental.

Casi todos los recursos que el autor nos presenta en la obra: la figura del burlador,  el convidado de piedra, la visión del propio entierro,... fueron tomados de obras como "El burlador de Sevilla y Convidado de piedra"  de Tirso de Molina, "Don Juan de Marana ou la chuté d'un unge" de Alejandro Dumas o la ya mencionada "No hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague y convidado de piedra " de Antonio de  Zamora.

Casi nada es original, salvo la solución final que Zorrilla prepara a don Juan, redimido finalmente por el amor, aceptando a Dios en su alma. Con este final Zorrilla se desmaraca del romanticismo más liberal y subversivo para alinearse con un romanticismo más retrógrado y moderado, preservador de las normas y preceptos morales, y más al gusto de la burguesía de la época.

Ha sido un placer leer esta obra, y será todavía mayor el de verla en escena, representada por una buena compañía. Si el teatro del Siglo de Oro siempre me apasionó- por fortuna he podio asistir a la representación de varias de sus obras- el teatro romántico ahora está resultando un descubrimiento de los más grato.
 

sábado, 5 de febrero de 2011

'El Trovador', de Antonio García Gutiérrrez


Con esta de hoy da comienzo una serie de entradas dedicadas al Romanticismo español. Autores como Bécquer, Espronceda o Rosalía de Castro, y obras como "El señor de Bembibre", "La conjuración de Venecia", "Don Álvaro, o la fuerza del sino" o "Don Juan Tenorio" se pasarán por el blog. Primero comenzaremos con el teatro, luego seguiremos con la novela, para finalmente dar paso a la poesía de la época.

Hoy empezaremos con "El Trovador", de Antonio García Gutiérrez, que se estrenó en Madrid el 1 de marzo de 1836. Fue un rotundo éxito; el autor, por primera vez en la historia del teatro español, tuvo que salir a escena a saludar y agradecer los arrebatados aplausos del enfervorizado público.

En esa fecha ya había fallecido el absolutista Fernando VII tres años antes y la primera guerra carlista estaba en pleno desarrollo. Apenas un 10% aproximadamente de la población sabía leer, y  los mayores entretenimientos de la clase pudiente eran los conciertos y la ópera. Y el público ya había demandado ciertos cambios en el teatro. El Neoclasicismo había dado los últimos coletazos.

Antonio García Gutiérrez

Con "El Trovador" se consolidan las características del "drama histórico" que ya se habían manifestado en "La conjuración de Venecia", de Martínez de la Rosa, estrenada en 1834, y "Don Álvaro o la fuerza del sino", del Duque de Rivas, cuyo estreno se produjo en 1835.

Con solo 22 años, Antonio García Gutiérrez construye, con alternancia de prosa y verso, este "drama caballeresco" en cinco jornadas (se prefería ahora denominarlas jornadas en vez de actos): El duelo, El convento, La gitana, La revelación, y El suplicio, y con varias escenas en cada jornada con diferentes cuadros o escenarios. Estos cambios de escenarios complicaban la representación y ponían en serios apuros a los empresarios.

La obra se sitúa en el Reino de Aragón en el siglo XV, más concretamente en torno al año 1410, durante las guerras civiles tras fallecer Martín I el Humano sin descendencia directa. Manrique, culto y refinado trovador, criado por una gitana, está enamorado fervientemente de Leonor, perteneciente a la aristocrática familia de los Sesé; Leonor le corresponde con la misma pasión. Manrique tiene un  adversario que también anhela el amor de Leonor:  don Nuño, conde  de Luna. Y a partir de ahí, y con la lucha política de fondo, se va desarrollando el drama.

"El beso", de Francesco Hayez
Pero no solo la pulsión amorosa aparece en la obra, sino  también otra pasión de todavía más fuerza: la pasión vindicativa, la venganza. Azucena, la gitana que ejerce de madre de nuestro trovador protagonista, será personaje fundamental y quizá el de más fuerza y definición de toda la obra. Los demás son más bien estereotipos; Manrique aparece como el arquetipo del héroe romántico: valeroso, honesto, apasionado, de incierta identidad, que no duda en ir a rescatar a su amada al convento. Leonor representa asimismo a la clásica heroína romántica capaz de vivir un gran amor y llegar al sacrificio supremo. Don Nuño, por otro lado, es "el malo de la película", y así debe ser para realzar más la figura del protagonista.  

"El Trovador" utiliza un lenguaje sencillo, apenas con algún anacronismo, aunque a un lector del siglo XXI puede parecer un poco excesivo el cúmulo de contrariedades y desgracias, muy propias del melodrama; aún así tiene el encanto de un obra de época. 
"Era tu voz, tu laúd,
era el canto seductor
de un amante trovador
lleno de tierna inquietud.
Turbada perdí mi calma, 
se estremeció el corazón,
y una celeste ilusión
me abrasó de amor el alma."

martes, 1 de febrero de 2011

'La tumba compartida', de Antonia Romero


Acabo de llegar de Egipto. La tumba compartida, de Antonia Romero, me ha llevado hasta allí, a vivir una serie de aventuras en las que nada, ni nadie, es lo que parece.

Maite, una joven anticuaria que viene acarreando cierto sentimiento de culpa desde la desaparición en el pasado de un miembro de la familia, va a ver su rutina alterada. Un día llega a su tienda, que dirige con su socio Adrián, un extraño amuleto corazón egipcio, regalado como falso pero que finalmente resulta auténtico, de la época del faraón Akhenatón. Maite, Adrián y el conocido arqueólogo Mauricio Varona, además del equipo de éste, inician una expedición a Egipto a la búsqueda de la tumba la reina Nefertiti, esposa del faraón. Pero nada resulta fácil; todo se complica con muertes inesperadas, hallazgos de cadáveres, desconfianzas, envenenamientos, identidades desconocidas,... que el lector va descubriendo y destapando de la mano de Maite. La historia del rey hereje, del dios Atón, e incluso de la religión judía se entremezclan y se van abriendo ante el lector de tal manera que atrapa... !Imposible no acompañar a Maite hasta el final!

Además, los personajes principales, siendo muy diferentes entre sí, comparten puntos en común; más allá de vivir juntos la aventura, tienen pendientes y sin resolver problemas familiares: distanciamiento, odio, resentimiento, culpa, y dolor, que han de ir encauzando y resolviendo, y que no están del todo desligados de la trama principal.

La narración de La tumba compartida es ágil, amena, de fácil seguimiento, y en la que los distintos acontecimientos se van sucediendo sin dar respiro al lector para una pausa. Y a esta narración dinámica se une uno de los puntos fuertes, a mi entender, de la autora: los diálogos, con un registro adecuado en cada situación, y en los que el lector se siente como privilegiado espectador sentado en primera fila. Transmiten un realismo no siempre fácil de conseguir.

Una lectura muy muy recomendable esta novela de Antonia Romero. La tumba compartida- Ganadora de la II Edición de los Premios Literarios Imprimátur- es la tercera novela de esta joven escritora barcelonesa, siendo sus títulos anteriores Diario de una desconocida y Peso cero.  Desde aquí, quiero darle las gracias a la autora por enviarme el libro. Ha sido un verdadero honor que haya tenido tal gentileza. Muchas gracias. ¡¡Esperamos la cuarta novela, Antonia!!