domingo, 15 de agosto de 2010

'Ángeles fugaces', de Tracy Chevalier, y más...



Hoy vuelvo a despedirme por otra temporadita, Francia y sus castillos cátaros me esperan... pero antes de esta pequeña retirada del mundo bloguero quería dejar varias cosas cerradas: la reseña de "Ángeles fugaces", que he acabado ayer mismo, mis nuevas adquisiciones para el otoño y unos cuantos agradecimientos y premios

Voy a comenzar, si os parece, con una pequeña reseña de "Ángeles Fugaces"...

Esta obra es la primera que leo de la autora,  Tracy Chevalier, por lo que no puedo comparar con su restantes trabajos. He de reconocer que al principio me resultó un poco lenta y falta de acción, problema que apenas se solucionó a lo largo de todo la novela. Sin embargo, algo en el libro hacía que siguiese leyendo, y ese algo eran los personajes: te vas haciendo con ellos, están bien retratados y acabas conociéndolos bastante bien, en parte gracias a la técnica de Chevalier de darle voz a cada uno de ellos; así es, la historia es contada en primera persona por cada uno de los personajes principales que se van alternando de forma ágil y amena.

La historia en sí es bien sencilla. Dos familias se conocen en un cementerio, al tener la tumbas cercanas, y sus hijas entablan una relación de amistad. Poco después se convierten en vecinas y esta amistad se intensifica; las familias por lo tanto acaban teniendo cierta relación aunque son totalmente diferentes. La familia Coleman está formada por Richard, Kitty y la hija de ambos Maude. Está también Edith Coleman, madre viuda de Richard, que no vive con ellos. Los Waterhouse son Alfred y Gertrude con sus hijas Lavinia y Ivy May. Personajes que también intervienen de modo directo son Jenny y la señora Baker, que trabajan en la casa de los Coleman, y Simon Field, hijo del sepulturero y que traba amistad con Maude y Lavinia.

Kitty es una mujer evidentemente insatisfecha con el estilo de vida de clase alta que lleva, lo que le hará ir buscando algo a lo que asirse. Sus decisiones afectarán al resto de la familia e incluso a los Waterhouse. Acaba formando parte del grupo sufragista; y ésta es una de las partes de la historia que menos me gusta. No por el hecho de que la protagonista pertenezca a este grupo sino, todo lo contrario, porque en la obra la autora refleja este mundo de la lucha por el sufragio femenino de forma muy negativa: el movimiento sufragista casi se erige como causante final de las desgracias que suceden. Y, conociendo la historia de estas mujeres y lo que han hecho por los derechos humanos, creo que se merecían otro enfoque.

Es importante recordar que la novela no se desarrolla, como a veces he oído decir, en la época victoriana; la acción comienza el día después de la muerte de la reina Victoria y concluye con el fallecimiento de Eduardo VII, nueve años después, y la ascensión al trono de Jorge V. Se sitúa por tanto en el período Eduardiano, un período de transición.... y esta transición se percibe claramente en las dos familias que al comienzo del libro tienen posturas diametralmente opuestas y con el paso de los años y las circunstancias vividas van acercando posturas.

Paso ya, si no se hará muy larga la entrada y os cansaréis de leerme, a mostraros los libros que he comprado recientemente en Fnac, Círculo de lectores, en la Feria del libro de Coruña,... y que empezaré a leer en cuanto acabe los tres del verano que aún me faltan. A ver qué os parecen... 

. Serendipia. Descubrimientos accidentales en la ciencia, de Royston M. Roberts 

. Sé lo que estás pensando, de John Verdon 

. Rapsodia Gourmet, de Muriel Barbery 

. Para leer al anochecer. Historias de fantasmas, de Charles Dickens 

. La cara del miedo, de Nikolaj Frobenius 

. 50 cosas que hay que saber sobre filosofía, de Ben Dupré 

. La espera, de María Reznik

. La llamada del Kill Club,
de Gillian Flynn

. Los rebeldes,
de Sándor Márai 

. Sangre derramada,
de Asa Larsson 

. Fin,
de David Monteagudo

 Y ya para acabar esta entrada, dar miles de gracias a Lady Boheme que me ha otorgado el premio de Blog Amigable. Gracias, de verdad! Le he dado vueltas y vueltas a quién otorgárselo, y se me hace imposible seleccionar, lo siento, así que pueden llevárselo todos aquellos amigos que entren en el blog y dejen un comentario antes del 1 de septiembre.

Hasta pronto! Nos leemos a la vuelta! Por cierto, de viaje llevo “El mapa del tiempo”, de Félix J. Palma. Ya os contaré...



viernes, 13 de agosto de 2010

'Shakespeare', de Bill Bryson


Cuando autores con el don de la comunicación como Bill Bryson se ponen a escribir un libro salen obras tan redondas como “Shakespeare”.

Desde luego no nos sorprende esta biografía con un argumento llamativo o un increíble desenlace; todos conocemos el final, ¿verdad? Lo que cautiva es la facilidad de Bryson, con un lenguaje sencillo, conciso, ágil y ameno, y con frecuentes pinceladas de humor, para reflejar la Inglaterra de finales del siglo XVI y principios del XVII, y más concretamente el Londres al que viajó Shakespeare desde Stratford-upon-Avon, para desmontar falsas presunciones sobre la vida y obra de William Shakespeare que no parten de datos confirmados, y para dejar claro de una vez por todas, y en un obra de apenas 183 páginas, ciertos aspectos, alejándose de la literatura que en torno al dramaturgo-poeta-actor se ha escrito en miles y miles de libros desde su fallecimiento.

El libro es una maravilla de principio a fin; aún así, me gustaría destacar algunos aspectos que, en mi opinión, lo convierten  en una verdadera delicia de lectura: por un lado, los datos que ofrece sobre la vida cotidiana de la época, desde la comida, pasando por los juegos, los entretenimientos, las sanciones y castigos, hasta la vestimenta; por otro lado, la presentación de grandes autores de renombre de la época, como Marlowe, Kyd, Greene, con sus pequeñas miserias humanas... y finalmente, y en un estupendo capítulo final, las objeciones a los diversas “teorías” que niegan a Shakespeare la autoría de sus propias obras.

He aquí una pequeña selección de algunos fragmentos del libro.

Su nacimiento...
“El mundo en el que nació Shakespeare estaba falto de personal y hacía esfuerzos par conservar el que había. En 1564, la población inglesa oscilaba entre tres y cinco millones de habitantes, mucho menos que tres siglos antes, cuando las continuas epidemias de peste empezaron a cobrarse su despiadado diezmo.(...) El brote de 1564 fue brutal. En Stratford murieron al menos doscientas personas, diez veces más que lo habitual.(...) Casi podría afirmarse que el mayor logro de William Shakespeare no fue escribir "Hamlet" o los Sonetos sino, simplemente, sobrevivir a la peste.”
Su nombre...
“No sabemos con certeza cuál es la grafía correcta de su apellido. Como si en ningún caso se tratase de él, de las seis firmas que dejó y se conservan no hay dos que coincidan (y así tenemos “Will Shaksp”, “William Shakespe”, “Wm Shakspe”, “William Shakspere”, “Willm Shakspere” y “William Shakspeare”; resulta curioso que no haya utilizado la única forma con la que su nombre ha pasado a la historia).”
Curiosidades de la época...
“El tabaco, que llegó a Londres un año después del nacimiento de Shakespeare, empezó siendo un lujo pero pronto cobró tal popularidad que a finales de siglo ya había en la City alrededor de siete mil expendedores. No sólo tenía un uso recreativo sino también medicinal, y estaba indicado para un sinfín de dolencias, desde enfermedades venéreas hasta la migraña e incluso el mal aliento; además, era tanta su fama como profiláctico contra la peste que se lo daban a fumar hasta a los niños. Hubo una época en la que se azotaba a los alumnos de Eton que no consumían su tabaco.”
La autoría...
“Un tercer y, durante un breve período de tiempo, bastante popular candidato a la autoría shakesperiana fue Christopher Marlowe. Su edad era perfecta (era apenas dos meses mayor que Shakespeare), tenía el talento requerido y sin duda habría tenido todo el tiempo del mundo a partir de 1593, de no haber estado demasiado muerto para ocuparlo en algo, claro.”

sábado, 7 de agosto de 2010

'Cosas que los nietos deberían saber', de Mark Oliver Everett


"Libro imprescindible para los seguidores de Mark Oliver Everett y de su banda, Eels", dicen algunos críticos.

He de reconocer que no tenía la menor idea de quién era Mark Everett, ni de la existencia de un grupo llamado Eels antes de dar con este estupendo libro; pero lo disfruté igualmente. El hecho de que sea una autobiografía no le da, a mi entender, un valor extra; su valía reside en su narración ágil y fresca con un peculiar sentido del humor, que muestra a un hombre con una singular manera de entender la vida, con un gran vitalista (creo que a su pesar). Ya Rodrigo Fresán dice en su magnífico prólogo: “El mejor libro de autoayuda que no intenta ayudar a nadie pero lo consigue casi sin proponérselo”.

Cualquier otro con una experiencia vital similar a la de Mr. E habría escrito una autobiografìa llena de pesimismo, amargura, victimismo... Mark acepta, como puede, todo lo  que le va sucedientdo (muerte de su padre cuando él apenas tiene 19 años, suicidio de su hermana después de numerosas curas de desintoxicación y visitas a hospitales psiquiátricos, muerte por cáncer de su madre, amores y desamores, tenaz lucha en la industria discográfica...) y sigue adelante. La música, su gran terapia, le mantiene en pie y alejado de la locura.

El único pero que le pondría al libro sería algunos detalles minuciosos sobre su progresión como músico y su lucha en las discográficas, datos  que a mí, una gran desconocedora de ese mundo, me parecen excesivos, pero que entiendo interesantes y muy reveladores para sus seguidores.

Y ya para acabar esta pequeña reseña, vamos a escuchar un tema de los Eels, Novocaine for the soul. Que lo disfrutéis...


viernes, 6 de agosto de 2010

'Un féretro en el tocador de señoras', de Regina Roman


Ayer mismo he acabado el libro de Regina Roman. Quizá debería empezar la reseña con una pequeña sinopsis de la obra pero ... ¿Qué mejor que comenzar leyendo lo que la propia autora dice de su obra? 
"Como trasfondo psicológico, la novela trata la autenticidad y la lucha personal por defenderla frente a ataques externos, muchas veces revestidos de buena voluntad o sobreprotección por parte de nuestras familias, por la hipocresía de las clases altas, o nuestra simple dejadez y acomodo. Olivia es una chica rica que lo tiene todo, salvo libertad para decidir su propio destino. Su lucha por ser auténtica y consecuente con su esencia, la llevará a marcharse de casa, a romper después su relación con su "novio ultra pijo" de siempre e iniciar su camino en solitario. Un extrañísimo y cómico fantasma irrumpirá en su vida, provocando en ella un giro de 360º, innumerables aventuras en su intento por cumplir la ultima voluntad de la difunta... (¿o difunto?), que en el fondo, comparte la misma aspiración de Olivia, salvo que no pudo lograrla mientras estuvo entre nosotros. Todo ello, en clave de comedia."
Olivia, la joven protagonista, pija hasta la médula, decide de un día para otro que ya no quiere opositar a notarías sino ser directora de cine; a partir de esa decisión surgirán todos sus problemas con su familia de clase alta, con su aburrido novio (con el que se va a vivir,  pero por poco tiempo), sus "amigos",... hasta que decide irse a vivir sola a un apartamento. Y, de pronto, un fantasma irrumpe en su vida y todo cambia!!

La novela se lee con mucha facilidad gracias a una escritura ágil y  fresca, que la convierte en libro ideal como ligera lectura para un día de verano, aunque por momentos parece el esbozo de una obra que podía quizá haber alcanzado mayor envergadura.