jueves, 13 de enero de 2011

Semana Stefan Zweig: 'Veinticuatro horas en la vida de una mujer'


Volvemos a encontrarnos en "Veinticuatro horas en la vida de una mujer" con un relato intenso y desarrollado con gran maestría en el que, de nuevo, como también sucede en "Carta de una desconocida", un hombre es el receptor de la historia que una mujer le quiere contar. La característica principal de esta obra es quizá, más allá de la sencillez y elegancia de la prosa de Zweig, la tensión argumental existente, llena de suspense.

Un grupo de personas se encuentra en una pequeña posada de la Riviera. La armonía existente desaparece cuando Madame Henriette, casada y madre de dos hijas, abandona a su familia para fugarse con un atractivo joven al que acaba de conocer. El incidente se convierte en el tema central de los allí alojados y altera la tranquilidad de la charla insustancial.
"- ¿Usted no encuentra, pues, odioso, despreciable, que una mujer abandone a su marido y a sus hijas para seguir a un hombre cualquiera, del que nada sabe, ni siquiera si es digno de su amor? ¿Puede usted realmente excusar una conducta tan atolondrada y liviana en una mujer que, además, no es ya una jovencita y que siquiera por amor a su hijos hubiese debido preocuparse de su propia dignidad?"
El grupo se posiciona claramente criticando la actitud, a su entender, irresponsable y poco decorosa de Madame Henriette, todos a excepción de nuestro narrador.
"Yo, sin embargo, en tanto que persona privada, no veo por qué he de adoptar el papel de juez; prefiero actuar de defensor. Personalmente, me causa mayor satisfacción comprender a los hombres que condenarlos."
Esta actitud comprensiva y desprejuiciada hace que Mrs. C, anciana dama inglesa, se anime a contarle su historia: veinticuatro horas de un día, hace tiempo, en el que la razón dejó paso a la pasión y las apariencias al desenfreno, al dejarse llevar.

El narrador que inicia el relato crea, por tanto, el marco para dar la palabra a la verdadera protagonista de la historia. Lo acontecido ese crucial día nos es contado en primera persona, aunque con ciertos saltos en el tiempo, lo que da inmediatez, cercanía y fuerza a la narración.

Y esa historia os atrapará y os arrastrará inexorablemente hasta el final, al igual que la entonces bastante más joven Mrs. C se deja llevar por una pasión inconcebible e irracional.
"Solo la primera palabra es difícil (...) pero es que no pasa un día ni apenas una hora sin que deje de pensar en aquel hecho; puede usted creer a esta mujer de edad avanzada cuando afirma que no hay cosa más insoportable que pasar toda una vida obsesionada por un solo punto, por un solo día de su existencia."