Anthony Trollope de nuevo, sí. Y es que con lo prolífico que fue este autor una puede estar con sus novelas y relatos una larga temporada.
The Courtship of Susan Bell es uno de esos hallazgos que tanto me gustan: historias del siglo XIX desconocidas de las que no tengo referencia alguna, o casi, cortas y de grata lectura. Porque ha sido ciertamente muy grata.
Pongamos en la historia una pequeña pensión en Saratoga Springs, Nueva York. Añadamos a Mrs. Bell, la viuda tímida y de carácter débil que la regenta, y a su dos hijas: la mayor, Hella, beata y dominante, y la más joven, la dulce Susan, engullida por el carácter de su hermana y muy protegida por su madre. Aderecemos el relato con Aaron Dunn, un joven ingeniero que viene a alojarse en la pensión, y con el reverendo Phineas Beckard, consejero espiritual y muy unido a la familia Bell, y ya tenemos a todos los personajes y el escenario colocado. Solo falta añadir unas miradas, un regalo, una promesa de amor. Pero nada será fácil.
Esta tierna historia de amor fue publicada por primera vez en agosto de 1860 en Harper's New Monthly Magazine. Ahora podéis leerla en Project Gutenberg.
El americano Thomas Bailey Aldrich (1836-1907) fue escritor de novelas y relatos además de poeta y editor; de hecho fue el editor de The Athlantic Monthly durante más de nueve años. Majorie Daw es uno de los relatos de Aldrich publicados en esta revista literaria.
Marjorie Daw es un relato epistolar, compuesto por las dieciséis cortas misivas que se intercambian dos buenos amigos, John Flemming y Edward Delaney. Flemming se haya postrado en cama, en pleno agosto, por una fractura. Su carácter impetuoso y poco paciente hace que su confinamiento se haga tedioso para él y difícil para quien ha de cuidarlo y Ned Delaney, su buen amigo, decide llevarle con sus cartas un poco de entretenimiento. Delaney se haya en con su convaleciente padre junto al mar y, con ninguna otra cosa que contar, decide hablar a Flemming de la bella y joven Marjorie Daw, alojada también allí con su padre. Y carta a carta, va construyéndose el enredo...
La historia es entretenida, graciosa, ligera e ideal para un rato de lectura rápida y agradable. Cuando se publicó en abril de 1873 la historia causó bastante sensación por su sorprendente final.No desvelaré nada, pero ya me diréis si os coge tan de sorpresa como a las lectoras y lectores de la segunda mitad del siglo XIX.
No lo puedo evitar, ni lo pretendo. Me gusta Anthony Trollope. Me entretiene mucho la lectura de sus novelas. Obviamente no negaré que ni sus personajes, ni sus tramas, ni la humanidad que desprenden sus historias igualan a las de su contemporáneo Dickens, pero sus novelas resultan un modo de escape hacia la Inglaterra del siglo XIX sumamente gratificante.
La Iglesia como
institución, su generosidad y espíritu caritativo se ponen en tela de juicio en esta novela. Nada se trata aquí, sin embargo, de
cuestiones de fe, creencias o credos. Es la buena administración
del asilo de Hiram, una fundación del siglo XV adjunta a la catedral
de Barchester, lo que el joven cirujano John Bold pone en duda. Los
ingresos de esta fundación han ido aumentando con el paso del tiempo
pero no así la asignación para los gastos de cada uno de los doce
ancianos varones a los que se les proporciona cobijo en el asilo por
lo que Bold no ve claro estos asuntos financieros de la Iglesia y
exige una contabilidad pública.
"(…) but Bold is a strong reformer. His passion is the reform of all abuses: State abuses, Church abuses, corporation abuses (…), abuses in medical practice, and general abuses in the world at large."
En esta época el
periódico estaba en pleno apogeo y es este medio, el Jupiter,
el que utiliza Bold para expresar su puntos de vista a la opinión
pública atacando a la Iglesia y sus prerrogativas y a la figura del
Custodio del asilo.
El reverendo Septimus
Harding, un anciano clérigo enamorado de la música, que toca el violonchelo y que vive cerca del asilo con su hija menor, Eleanor, es el
Custodio. Es él la figura más directamente atacada y, sin embargo,
la más humilde, bondadosa y honesta de todas las que aparecen en la novela. En
contraposición, crea Trollope al archidiácono Grantly- hijo del obispo y casado con Susan, la hija mayor de Harding- un personaje prepotente, de descomunal ego y nada
dispuesto a renunciar a los privilegios clericales.
Esta trama inicial se ve
complicada. Bold ataca a Harding como Custodio pero lo admira y respeta personalmente y además está enamorado de su hija Eleanor y Eleanor, por otro lado, ama y odia ahora a partes iguales al hombre que se atreve a tratar tan
injustamente a su padre. Todos acaban
dudando, sin saber a qué lado inclinar la balanza; todos a excepción
de Septimus Harding, hombre de moral inquebrantable que, en su honestidad y evidenciando escrúpulos de conciencia, reconoce que Bold puede tener razón en sus planteamientos.
Y en este día a día de
acciones y reacciones, al ritmo lento y pausado de la vida en una
pequeña ciudad de provincias como Barchester, con personajes muy bien retratados, con toques de humor al más puro estilo trollopiano,
se va dilucidando y aclarando la trama de esta novela. A los lectores
actuales puede parecernos quizá un tanto meliflua la crítica
clerical pero, sea como se, es esto lo que Trollope nos ha querido
contar. Y se disfruta. Se disfruta mucho.
“In this world no good is unalloyed, and . . . there is but little evil that has not in it some seed of what is goodly.”
Y para acabar no quisiera desaprovechar la ocasión para recomendar la serie de la BBC de 1982 sobre esta novela (primero y segundo episodios) y sobre la siguiente de The Chronicles of Barsetshire, The Towers of Barchester. Ver a Donald Pleasence, Nigel Hawthorne o a un jovencísimo Alan Rickman es siempre un placer.
Si te interesa, lector/a, leer un pequeño manifiesto sobre la estética japonesa, sobre la estrecha relación entre la sombra y la belleza; si te apetece indagar un poco en los matices de esta relación a través de la arquitectura, la vestimenta, la cerámica, la decoración,..., la comida incluso; si te produce curiosidad contrastar esta perspectiva con la estética occidental, en donde la claridad, la luz y el color cuentan con una posición preeminente frente a lo negro y lo oscuro- con frecuencia con connotaciones negativas y terroríficas-; si te interesa, digo, quiero dejarte hoy esta recomendación. Esta joyita, El elogio de la sombra, del escritor japonés Junichiro Tanizaki (18886-1965), fue publicada por primera vez en 1933. Siruela la rescata en español en una muy bonita y cuidada edición.
"(…) creo que lo bello no es una sustancia en sí sino tan solo un dibujo de sombras, un juego de claroscuros producido por la yuxtaposición de diferentes sustancias. Así como una piedra fosforescente, colocada en la oscuridad, emite una irradiación y expuesta a plena luz pierde toda su fascinación de piedra preciosa, de igual manera la belleza pierde su existencia si se le suprimen los efectos de la sombra."
"¿Ha visto usted alguna vez, lector, 'el color de las tinieblas a la luz de una llama'? Están hechas de una materia diferente a la de las tinieblas de la noche en un camino y, si me atrevo a hacer una comparación, parecen estar formadas de corpúsculos como de una ceniza tenue, cuyas parcelas resplandecieran con todos los colores del arcoíris."
"En lo que a mí respecta, me gustaría resucitar, al menos en el ámbito de la literatura, ese universo de sombras que estamos disipando...Me gustaría ampliar el alero de ese edificio llamado 'literatura', oscurecer sus paredes, hundir en la sombra lo que resulta demasiado visible y despojar su interior de cualquier adorno superfluo."
Hoy acerco hasta aquí no una reseña de la célebre novela Vanity Fair (La feria de las vanidades) novela, de William Makepeace Thackeray, uno de los grandes novelistas victorianos, sino unas imágenes de la edición de 1848 que poseo de esta novela.
Fue impreso el libro por'T. and A. CONSTABLE, Printers to His Majesty, at Edinburgh University Press'. Es una edición ilustrada a color por Lewis Baumer- caricaturista inglés que trabajó más de cincuenta años para la revista Punch- y de unas dimensiones que no se usan hoy en día para libros de ficción. Mide 27x21x4,5 cms y pesa 1.400 grs; no una edición de bolsillo precisamente.
Que es una edición preciosa lo atestiguan las imágenes. Solo añadir que es un verdadero placer tenerlo en casa y poder revisitarlo de vez en cuando. Es un placer al menos para quienes, como yo, adoran los libros antiguos y particularmente en lengua inglesa.
'BECKY SHARP'
'BECKY AND AMELIA'
'BECKY AND JOS'
'AT VAUXHALL GARDENS'
'GEORGE CALLS ON AMELIA'
'BECKY AND RAWDON AT MISS CRALEY'S'
'AT BRIGHTON'
'AT THE SHIP INN'
'DOBBIN AND BECKY'
'BECKY AT PARIS'
'BECKY IN CURZON STREET'
'BECKY AND LORD STEYNE'
'BECKY AT GAUNT HOUSE'
'BECKY AS A MARQUISE'
'RAWDON AND MISS MOSS'
'AMELIA AND LITTLE GEORGE'
'AMELIA AND HER FATHER'
'AMELIA AND DOBBIN'
'BECKY AT BRUSSELS'
'BECKY AT PUMPERNICKEL'
Espero que esta entrada sea el pistoletazo de salida y con ella retomar de nuevo el ritmo de publicaciones del blog, algo olvidado últimamente.