lunes, 29 de septiembre de 2014

'Yo y mi chimenea'. 'El pudín del pobre y las migajas del rico', de Herman Melville


La atractiva edición de Editorial Barataria que hoy os propongo incluye dos pequeñas novelitas del gran escritor americano Herman Melville, Yo y mi chimenea y El pudín del pobre y las migajas del rico. Leer a Melville es siempre un placer y no ha sido esta una excepción.   

- Yo y mi chimenea
"Yo y mi chimenea, dos viejos fumadores canosos, residimos en el campo. Estamos, puedo asegurarlo, bien asentados aquí, sobre todo mi vieja chimenea, que se asienta más y más cada día.
Aunque siempre digo "yo y mi chimenea" como el cardenal Wolsey solía decir "yo y mi rey", esta egocéntrica manera de hablar que me otorga prioridad sobre mi chimenea queda fuera de la realidad; en todo, salvo en la frase anterior, mi chimenea me precede."
Narrado en primera persona por un viejo caballero rural, el texto nos narra la tozuda insistencia, ante la no menos insistente demanda de su esposa, a no derribar la vieja chimenea. Y lo que parece algo anecdótico, un mero asunto doméstico, en manos de Melville se convierte en un relato rico en matices y con diferentes lecturas posibles.

La vieja chimenea se asienta inmensa en el sótano de la vivienda, en el centro mismo, y se erige cual pirámide de Keops aunque no con la decreciente ascensión del monumento faraónico. Se asienta tan fuertemente cono se arraiga el roble a la tierra que rodea la casa, o como la montaña Ogg, o como el propio granjero frente a la chimenea con su vieja pipa en la boca.
Herman Melville (1819-1891)
La permanencia, lo inamovible (puede encontrarse quizá cierta similitud con la inactividad de Bartleby) y la tradición se enfrentan aquí al progreso y al cambio que representan la mujer- "una vieja otoñal con espíritu primaveral"- y las hijas. Pero el viejo caballero, pese a los evidentes achaques de la vieja chimenea, se aferra a ella con tranquilidad y sentido del humor.
"Porque eso es algo decidido entre yo y mi chimenea: que yo y mi chimenea nunca nos rendiremos."    
- El pudín del pobre y las migajas del rico

Crítica social en este segundo encuadre en el que nos presenta el narrador las dos caras de la misma moneda. Y es que el pudín del pobre y las migajas del rico vienen a ser la misma miseria. En el primer caso, rodeada de la dignidad y generosidad de la familia unida en su indigencia; en el segundo, envuelta la miseria en mezquina caridad. La primera parte, con la descripción de la resignada pobreza de William y Martha, es particularmente conmovedora.

Siempre resulta de gran interés la lectura de Melville. Merece nuestra atención su narrativa corta- gran parte escrita ya cuando era una autor olvidado pues su obra no se ajustaba al gusto literario del momento y envuelto en los problemas psicológicos derivados, entre otras cosas, del suicidio de su hijo mayor- entre las que se encuentran entre otras Bartleby, the scrivener, o Billy Budd, the sailor.

El 29 de septiembre de 1891, hace hoy 123 años, los lectores pudieron leer esta exigua nota en The New York Times

  “Ha muerto Herman Melville, escritor famoso en otro tiempo”.

Por suerte ha sido recuperada la obra y la reputación de un autor que habla a los lectores actuales con la claridad de lo contemporáneo y la sabiduría de lo intemporal.  


lunes, 22 de septiembre de 2014

'Buenos días, tristeza' de Françoise Sagan


Dentro de apenas dos días, el 24 de septiembre, se cumplirá ya el décimo aniversario del fallecimiento de Françoise Sagan. Y puede ser este un buen momento para recordar la novela, su primera novela, que le catapultó a la fama con apenas dieciocho años y que en su momento destapó el escándalo. 
"A ese sentimiento desconocido cuyo tedio, cuya dulzura me obsesiona, dudo en darle el nombre, el hermoso y grave nombre de tristeza. Es un sentimiento tan total, tan egoísta, que casi me produce vergüenza, cuando la tristeza siempre me ha parecido honrosa. No la conocía, tan solo el tedio, el pesar, más raramente el remordimiento. Hoy, algo me envuelve como una seda, inquietante y dulce, separándome de los demás. Aquel verano yo tenia diecisiete años y era completamente feliz." 
Así da comienzo Buenos días, Tristeza, una novela corta- no llega ni de lejos a las doscientas páginas- que constituye casi en su totalidad el flashback en el que Cécile nos narra aquel verano que marcó sus vidas, la de Raymond, Anne y la suya.

Raymond, el padre de Cécile, es un rico y atractivo viudo cuarentón, aficionado a las mujeres, que entran y salen de su vida con increíble facilidad, y a las fiestas; en definitiva un bon vivant que acepta de muy buen grado todos los placeres que la vida le puede ofrecer. Cécile es una adolescente que dejó en internado dos años atrás y desde entonces vive con su padre se ha acostumbrado a su estilo de vida frívolo y a la vida mundana y de lujo que le ofrece. La relación entre ellos es muy buena; Cécile le adora y Raymond la trata por momentos como adulta, al permitirle ciertos excesos, pero en otros como a niña. Y en ese vaivén entre niña y adulta se mueve, y se pierde, Cécile.
"El amor al placer, a la felicidad, representa el único aspecto coherente de mi carácter"   
Françoise Sagan (1935-2004)

Los dos se encuentran, junto con Elsa, la joven  y atractiva amante de turno del padre, de vacaciones en una preciosa villa en la Riviera francesa. Todo discurre ociosamente entre sol y arena, vida libre y desenfadada y los primeros escarceos amorosos de Cécile, que conoce allí a Cyril, un joven universitario. La llegada de Anne, antigua amiga de la madre de Cécile, por invitación de Raymond, lo trastoca todo a ojos de Cécile. La adolescente, que es una muchacha egoísta, hedonista y manipuladora, ve tambalearse la relación estrecha con su padre y el frívolo estilo de vida que están viviendo. Anne no es como la amantes de Raymond; no es joven sino de su edad, sobria, elegante, disciplinada y de moral un tanto más tradicional que los otros dos miembros del grupo. Y a Raymond parece gustarle. La rivalidad por las atenciones de Raymond ha comenzado. Cécile contará con la colaboración de Elsa y Cyril. El desenlace de toda la trama abrirá el sendero de la tristeza que está por venir.

¿Y el escándalo? Pues el escándalo que supuso en su momento se produjo, sobre todo, por la desinhibición sexual de Cécile, que mantiene relaciones sexuales a esa temprana edad y además sin estar enamorada sino como búsqueda de su propio placer. Las cosas han cambiado mucho desde los años 50 del siglo pasado pero, aunque en este sentido ya se han superado según qué amoralidades, Buenos días, Tristeza, se ha convertido en atemporal como novela sobre la culpa y el remordimiento, y sigue mereciendo ser leída.  Aunque contada por una adolescente y protagonizada por otra adolescente la novela no puede ser considerada una obra destinada para el público juvenil. El tema que plantea, la evolución psicológica del personaje y la relativa profundidad de algunas reflexiones la alejan de la literatura juvenil al uso.

El lenguaje es sencillo, que no simplón, ágil, fresco, muy fotográfico. La lectura se hace rápida y muy amena. Si os ponéis a leerla una tarde, aún os dará tiempo al acabarla de ver la versión cinematográfica dirigida por Otto Preminger con David Niven, Deborah Kerr y la joven y preciosa Jean Bergg como protagonistas.

¡Gracias por la visita!



lunes, 15 de septiembre de 2014

'La dama de provincias prospera', de E. M. Delafield


La propuesta de colaboración que la revista semanal Time and Tide hizo a E. M. Delafield marcó el inicio de las andanzas de nuestra anónima dama de provincias. Las distintas aportaciones de la autora a dicha revista fueron finalmente recogidas en cuatro libros, siendo los dos primeros Diario de una dama de provincias y La dama de provincias prospera, publicados en 1930 y 1932 respectivamente.

Quien haya leído la reseña que de Diario de una dama de provincias publiqué aquí quizá recuerde el entusiasmo que me despertó su lectura por la originalidad de la estructura en forma de diario- ella reconoce que esta serie es autobiográfica, con sus experiencias apenas very thinly disguised- y por el sentido del humor que despliega al presentarnos las cuitas domésticas. Pero es bien sabido que, cuando el primer libro de una serie seduce, afrontar la lectura de los siguientes tiene sus riesgos. Adelanto ya que E. M. Delafield ha mantenido el tipo, no solo igualando el nivel del primer título sino, a mi entender, superándolo.
 
Dos son los escenarios principales- aparte de las desternillantes vacaciones en San Briac en la costa de la Bretaña francesa- en los que se desarrolla la novela: la casa de campo familiar y Bloomsbury, en Londres.
 
E. M. Delafield (1890-1943)
En la casa de campo volveremos a encontrarnos con viejos conocidos en nuevas situaciones: a Robert, el marido de ausente presencia y algo gruñón, los hijos Robin y Vicky, que van creciendo y generando nuevas inquietudes en sus progenitores, a la mujer del vicario y sus cotilleos,...  y hasta Mademoiselle, la institutriz francesa (muy francesa) tendrá su papel en la historia.
 
El apartamento de Doughty Street en Blooomsbury, el corazón literario de Londres, será un nuevo alojamiento para nuestra dama de provincias. La publicación de su primer libro le ha proporcionado algún ingreso extra- aunque no suficientes para subsanar totalmente los agujeros de la economía familiar- y cierto éxito. En su nueva faceta de escritora, y  para mantener contacto con el ambiente literario de la capital  y poder escribir tranquilamente sin la presión diaria de llevar una casa, se ha alquilado un pequeño apartamento. Tendrá ocasión de asistir a algunas fiestas y reuniones literarias en  las que no acaba de encontrarse del todo cómoda pero de las que logra salir más o menos airosa. Su estancia en Londres irá pasando entre la vida social, sus vanos intentos de escribir y las nuevas amistades. La rica, frívola, inestable y coqueta Pamela Pringe, por ejemplo, personaje nuevo en la vida de la protagonista, la inmiscuirá en sus affairs al tener que servirle de coartada ante el marido de turno.  Esta temporada en Londres ha servido entre otras cosas para que el poco afectuoso y nada sentimental Rober reconozca- oh, my God!- que la echa de menos .
 

La dama de provincias prospera es un relato tan encantador como su protagonista, una mujer con las miles de ocupaciones que implica ser madre y esposa y que además trabaja. Las cosas no han cambiado tanto en este sentido y por ello resulta tan fácil identificarse con sus vicisitudes domésticas. Pero además es La dama de provincias prospera, como lo es Diario de una dama de provincias, un documento histórico de un tiempo, la Inglaterra de los años 30, de entreguerras.   
 
Uno de los muchos aciertos de E.M. Delafield, que acabó marcando estilo y se lee como un clásico, ha sido lograr sacarle el punto cómico e irónico a situaciones cotidianas que podrían pasar por anodinas y convertirlas en momentos especiales y únicos. Conveniente sería que todos aprendiésemos a afrontar la vida así, con sentido del humor y riéndonos de nosotros mismos.

Esperamos con sumo gusto la próxima publicación de los diarios. Al parecer, así nos lo adelanta la propia protagonista al final de este volumen, se los llevará en su gira literaria a América. Será, sin duda, curioso y muy divertido leer la visión que una dama observadora, perspicaz y muy British tiene sobre los modos y costumbres americanos.

lunes, 8 de septiembre de 2014

'Una puerta que nunca encontré', de Thomas Wolfe

Thomas Wolfe ha sido mi descubrimiento literario de este año. Después de la lectura de El niño perdido (podéis leer la reseña AQUÍ) tenía claro que volvería sobre el autor y Una puerta que nunca encontré y Especulación, publicados ambos y al igual que El niño perdido por Editorial Periférica, tardaron bien poco en llegar a casa. Y, si El niño perdido ya me pareció en su momento una joya literaria, Una puerta que nunca encontré lo ha igualado o incluso superado en algún aspecto.
"Es maravilloso ver con cuánto entusiasmo algunos hombres y mujeres de bien, personas que nunca han tenido que estar solas en toda su vida, ponderan las bondades de la soledad."
Así empieza esta novela de Wolfe, así da comienzo "un momento de los tiempos oscuros (...) extraño tiempo hecho de un millón de rostros oscuros" en el que la búsqueda por parte del protagonista, un joven escritor, de su sitio en el mundo se presenta una ardua tarea. En la vorágine de la ciudad, de los millones de cosas que pasan, de la "prisa y el estrépito" que le rodea parece como si los grandes hombres de éxito, cómodamente asentados, hayan dado con la clave, con la puerta de acceso. Quizá ellos puedan mostrarle la entrada. Pero...
"No hay puerta alguna."  
"No door"No es eso lo que busca; esta es tan solo una puerta falsa pues ese éxito que inicialmente ciega...
"(...) no es más que un puñado de polvo y cenizas frías y un poco de escoria."  
Thomas Wolfe
Puerta falsa se muestra también la puerta al pasado cuando desatasca el cerrojo de la memoria. Se abre entonces el acceso a los recuerdos, a la añoranza, a la vuelta a casa, a la tierra en la que creció y a la gente que ha conocido bajo "una brillante luz inmortal". Porque los recuerdos muestran escenas inmortales, imperecederas. El pasado es inamovible mientras que el presente es inestable. Y en ese hoy, en ese ahora, se añora al padre del pasado, al padre ya muerto, al padre que sigue buscando.
"Había vuelto a casa y no podía creer que mi padre estuviese muerto (...) Octubre es la estación del regreso (...) Padre, ¿no deberías regresar tú también?"
Si esa otra puerta se ha cerrado para siempre, si el pasado ya no es un refugio posible, si ahora ni siquiera la luz inmortal del pasado lo alumbra, si la ausencia del padre le deja de nuevo desubicado. ¿A dónde ir ahora? ¿Otra ciudad?


La confusión no da tregua, con "la furia y la angustia que hay en la vida de los hombres reflejada en su rostro."  Puede que la actitud de ese hombre, asomado impasible a la ventana, ese Bartleby moderno observando "la prisa ciega y el empuje del millón de cosas que pasaban sin cesar", sea la más razonable, la única posible. Ese nuevo Bartleby quizá exclamase ante la visión del interminable ir y venir de los hombres y mujeres que...
"  Life (...) is a tale
told by an idiot
full of sound and fury
signifying nothing."
Shakespeare, Macbeth (Acto 5, Escena 5)
Ese ruido y esa furia es la que Wolfe, el escritor al encuentro, siente ante este mundo deshumanizado, banal y absurdo por momentos, en continuo movimiento. ¿Hacia dónde? ¿Con qué propósito? 
"(...) sabemos que los niños desaparecidos, los ancianos desaparecidos, nuestros padres, nuestros hermanos, los llevados a toda prisa al cementerio para ser rápidamente enterrados, permanecerán aquí cuando este mundo hecho de cemento o de hormigón no sea más que ruinas. Sabemos que el polvo de los amantes enterrados durará más que el polvo de las ciudades."
Aunque siempre queda, por supuesto, el renacer de la vida, de la tierra, de la esperanza...
Wolfe construye en Una puerta que nunca encontré una novela asombrosa sobre la soledad, la del desarraigado, del perdido, del incomprendido, una novela sobre la vulnerabilidad, el aislamiento, el vacío que todos, rodeados de prisa y estrépito y de sonido y furia, sentimos o hemos sentido en algún momento.        



lunes, 1 de septiembre de 2014

Pues ya de vuelta...


¡¡Hola!!! ¿Cómo va todo, amig@s?

"Decíamos ayer..." fue la frase con la que comenzó Fray Luis de León al retomar su cátedra en la universidad de Salamanca tras cinco años en prisión por falsas acusaciones ante la Inquisición. Mi ausencia del blog, por fortuna, se ha debido a motivos bien distintos, mucho más gratos, y el descanso bloguero además no ha superado ni los cien días, aunque a decir verdad me parece que hace una eternidad que no me paso por aquí. Yo comenzaré, por tanto, de modo más prosaico.
 
Estos meses de ausencia bloguera, que han coincidido casi en su totalidad con las vacaciones, han sido realmente completos. He estado estudiando un poco, escribiendo mucho, leyendo aun más, departiendo con los amigos, paseando y relajándome, viendo películas que tenía pendientes, disfrutando del sol cuando tenía a bien hacer acto de presencia,... En fin, lo que podríamos denominar unas muy buenas vacaciones.  Y espero de corazón que vosotr@s hayáis tenido también en este tiempo, con o sin vacaciones, muchos momentos de felicidad.
 
A partir del próximo lunes, volviendo a la normalidad, habrá reseña semanal, como venía siendo habitual. En breve os informaré también de la novela cuyo prólogo ha estado a mi cargo- mantendré la incógnita sobre el título y la editorial por ahora, si me permitís-. Por otro lado, en el 2015 comenzaré a publicar las reseñas del reto literario personal para ese año- las lecturas las llevo ya bastante adelantadas-, reto sobre el que os hablaré en enero, para no adelantar acontecimientos.
 
Como veis, se inicia una nueva etapa en el blog en el que seguimos a vueltas con la literatura, ¡bendita literatura!, y con el mismo entusiasmo de siempre.
 
Por ahora creo que no me queda nada por deciros, salvo que estoy encantada de estar de nuevo por aquí y de teneros cerca.
 
¡Un abrazo! Nos leemos...