"Y lo que digo (...) es que la lectura continuada de libros mediocres (...) tiene en no pocos casos efectos narcóticos sobre el gusto e incluso sobre la inteligencia- y no solo la moral- del reseñista en cuestión, cuyos puntos de referencia se van ablandando y desdibujando paulatinamente (...).
(Ignacio Echevarría)