domingo, 15 de junio de 2025

'Solo en Berlín', de Hans Fallada

   


    'La vida de Hans Fallada (pseudónimo de Rudolf Ditzen) se alió con el infortunio desde muy temprano. Nacido en 1893 en Greifwald, intentó suicidarse por primera vez a los 16 años, acompañado de un amigo. Su gesto- que evoca la muerte de Klest y su amante a orillas del lago Wansee- sólo es el punto de partida de una existencia caracterizada por la inestabilidad neurótica, la infracción de la ley, el alcoholismo y la adicción a la morfina.

    La cárcel, la bebida, la morfina, entradas y salidas del sanatorio mental están a la orden del día.

    En uno de estos sanatorios en el que que se recluye (tras una discusión con su esposa en la que esgrime un arma y dispara aunque nadie resulta herido) escribe Solo en Berlín (...). 

    Aunque declarado antipolítico fue un beligerante opositor de la barbarie nazi.'

Rafael Narbona en El Cultural



(Nota editorial)

    Solo en Berlín describe la resistencia interior que mantuvo gente sencilla, no organizada, contra el régimen nazi.

    Berlín, 1940, la ciudad está dominada por el miedo. Cuando la cartera Eva Kluge llega a casa de los Quangel en el número 55 de la calle Jablonski, con una carta que les anuncia la muerte de su único hijo en un campo de batalla francés, el golpe es terrible, insoportable. Es el principio de la Segunda Guerra Mundial y toda la ciudad, todo el país y pronto media Europa, vive bajo el yugo del régimen de Hitler.

    Otto y Anna Quangel se plantean entonces si están haciendo todo lo que está en sus manos para luchar contra el Tercer Reich. Sí, son gente corriente, sin ninguna posibilidad frente al régimen nazi, pero ¿realmente se pueden quedar de brazos cruzados cuando la barbarie se ha llevado a lo que más amaban en el mundo? ¿Pueden compartir el mismo silencio cómplice que la inmensa mayoría de la población?