lunes, 20 de noviembre de 2017

'Todos deberíamos ser feministas', de Chimamanda Ngozi Adichie



'Me acuerdo mucho de mi amigo. (..) Él tenía razón hace tantos años cuando me llamó feminista. Soy feminista.

Y cuando hace tantos años busqué la palabra en el diccionario, me encontré con que ponía: “Feminista, persona que cree en la igualdad social, política y económica de los sexos”.

Por las historias que he oído, mi bisabuela era feminista. (...) Ella no conocía la palabra “feminista”. Pero eso no quiere decir que no fuese feminista. Mucha más gente tendría que reivindicar esta palabra. El mejor feminista que conozco es mi hermano Kene, que también es un joven amable, atractivo y muy masculino. La definición que doy yo es que feminista es todo aquel hombre o mujer que dice. “Sí, hay un problema con la situación de género hoy en día y tenemos que solucionarlo, tenemos que mejorar las cosas”.

Y tenemos que mejorarlas entre todos, hombres y mujeres.'



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lunes, 6 de noviembre de 2017

'Agatha Raisin y la boda sangrienta' de M. C. Benson


Tras la lectura de Agatha Raisin y la quiche letal, Agatha Raisin y el veterinario cruel, Agatha Raisin y la jardinera plantada y Agatha Raisin y los paseantes de Dembley,  le llega el turno ahora a la quinta entrega de las aventuras, con crimen incluido, de Agatha Raisin.  Ya la conocéis... esa mujercita de mediana edad, urbanita, un poco gruñona y temperamental, con algunas inseguridades, que ha decidido abandonar el ajetreo de Londres y la vorágine de su trabajo en la City, que ha liquidado su empresa y que se propone pasar el resto de su vida en Carsely, un tranquilo e idílico pueblecito en plena campiña inglesa, nada menos que en la preciosa zona de los Cotswolds

Y este es precisamente uno de los grandes aciertos de M. C. Beaton, la autora: el de situar la acción de sus historias en los Cotswolds, con sus Juegos Florales, sus casitas de tejado de paja, su apacible vida pueblerina,  sus concursos culinarios y de jardinería,... En otro lugar, la serie perdería todo- o en gran parte al menos- su encanto evocador. 

Claro que a Agatha le cuesta adaptarse a tanta paz, serenidad y contacto vecinal. Pero como siempre hay un roto para un descosido... nunca faltará un asesinato que llevar entre manos y con el que ocupar su tiempo, y no faltará tampoco un atractivo vecino por el que Agatha suspirará sin remedio. 
"Sucedió una semana antes de la boda de Agatha Raisin y James Lacely. Los vecinos de Carsely, en los Cotswolds ingleses, estaban decepcionados porque Agatha no iba a casarse en la iglesia del pueblo sino en la oficiana del registro civil de Mircester, y la señora Bloxby, la esposa del vicario, se sentía desconcertada y dolida."
Ya en el inicio de la trama de Agatha Raisin y la boda sangrienta se comprueba que se ha producido, por cierto, un sustancial avance en esta relación entre Agatha y su vecino, el historiador y escritor James Lacey. Ha habido un evidente acercamiento entre ellos y la boda que da título al libro no es otra que la de nuestros protagonistas. Sin embargo, no va a tener Agatha nada fácil el conseguir su anhelado sueño: su ex- un borrachín del que nada sabe desde hace años, que daba por muerto y del que no está divorciada- hará acto de presencia para ver qué puede sacar pero, para su desgracia,  a quien sacarán algo será a él... la vida. La aparición de su cadáver en una cuneta cerca de la casa de Agatha pondrá en marcha la investigación oficial por parte de la policía, y la extraoficial a cargo de Agatha y James, investigado juntos de nuevo. Agatha además parece ser la que más se beneficia con esta muerte, lo que lleva a convertirla en potencial sospechosa... 

¿Amena? Sí. ¿Dinámica y divertida? También. No es quizá Agatha Raisin y una boda sangrienta la mejor de las publicadas en español hasta la fecha pero, desde luego, se lee con gusto, no con avidez devoradora, pero si con cierta curiosidad y una media sonrisa. Cumple su objetivo.  Lectura amable y entretenida para una tranquila tarde de otoño.  


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http://carmenyamigos.blogspot.com.es/2017/02/reto-tour-literario-condados-de.html





viernes, 3 de noviembre de 2017

'Crímenes en venta', de S. A. Steeman


Crímenes en venta (Crimes à vendre) ha resultado una lectura tan agradable como El asesino vive en el 21, si no tenemos en cuenta la mayor longitud y complejidad en la trama de esta última, de este mismo autor, Stanislas-André Steeman (1908-1970), escritor belga que comenzó en el periodismo antes de dedicarse a la literatura policíaca a tiempo completo, un tanto desconocido en nuestro país y del que no se reeditan actualmente, que yo sepa, ninguna de sus novelas policíacas ¡Una pena! 

Con este inicio da comienzo la narración de Crímenes en venta
"La carta..., la primera carta..., llegó el 6 de febrero, poco antes del mediodía. Escrita a mano con letras mayúsculas de imprenta y dirigida al "señor prefecto de la Policía de la ciudad de París", estaba concebida en los siguientes términos:
'París, 5.

Señor prefecto de Policía:

Le prevengo que se cometerá un crimen mañana en el distrito XVII.'
Ninguna forma de cortesía. Por toda firma, El Hurón."


Así de sencillo y así de intrigante. ¿Quién se resiste al anuncio de un asesinato?...

Podemos diferenciar dos partes en la novela. La estructura de la primera parte de la novela repite un esquema similar: la policía recibe en pocos semanas ocho distintas y escuetas notas, dirigidas "al señor prefecto de la Policía de la ciudad de París" y firmadas por El Hurón, en las que se anuncia que al día siguiente se producirá un asesinato en un determinado distrito de la ciudad; se narran entonces los momentos previos a los asesinatos, situaciones estas en las que inocentes parecen llevar todas las papeletas para ser acusados y encarcelados. Ocho crímenes, nueve muertos en total. Además- y para mayor desconcierto de la policía y de la prensa, que sigue de cerca la investigación- en cada caso desaparece un objeto, extraño y aparentemente absurdo- una aspidistra, un reloj de pared, una rueca,...- de la vivienda de la víctima.

Este modo de narrar de esta primer mitad resulta muy ágil y ameno y logra intensificar el interés del lector pero la segunda parte cambia de ritmo y estilo. Un accidente sentará a El Hurón frente a la policía y aunque parece que el caso llega a su resolución de modo sencillo y casual, el tener al redactor de las notas resultará no será la solución al problema; los crímenes siguen produciéndose. La policía, que se las daba ya muy felices, comprende finalmente que el asunto es más complejo de lo que inicialmente pudiera aparentar. 

La desesperación de la policía- la del comisario, monsieur Hyacinte, y la  de sus agentes- se verá contrapuesta a la observación de Monsieur Wrens, investigador al que se presenta brevemente y desaparece hasta su veredicto final y que dará con una solución lógica, la única posible frente a otras interpretaciones más intuitivas, al enigma.


La trama de Crímenes en venta- novela que recuerda vagamente a El secreto de Pale Horse, de Agatha Christie- es muy amena, divertida por momentos, sin grandes complicaciones pero que se lee con avidez y resulta eficaz si lo que se pretende es, como era mi caso en esta ocasión, una lectura cómoda para unas horas de desconexión.  

Seguiré con la lectura del tomo II de la Novelas escogidas de Stanislas-André Steeman publicado en 1962 por la editorial Aguilar. La siguiente parada, La noche del 12 al 13


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