lunes, 31 de octubre de 2016

Coldbath Fields Prison y el caso Eliza Armstrong


Coldbath Fields Prison fue una verdadera “Casa del terror” en la época victoriana. Hasta 1850, la prisión albergaba tanto a hombres como mujeres y niños; a partir de ese año sólo tendría prisioneros varones mayores de 17 años. Se hizo tristemente célebre por su estricto régimen de silencio y su tortura con La Noria, “el castigo más agotador, desesperante y ejemplar concebido por el ingenio humano.”
En la fotografía podemos ver a uno de los inquilinos de la famosa cárcel: Thomas Burns, un muchacho de apenas trece años sentenciado a 4 días de trabajos forzados en esta prisión por el delito de… arrojar piedras a un tren; un castigo, a todas luces, desmesurado en una prisión de la crueldad de Coldbath. Se desconoce en qué condiciones abandonó el niño la prisión .

Personaje conocido de la época que también estuvo encarcelado en esta prisión, en este caso durante 3 meses, fue William Thomas Stead. Stead era periodista y llegó a ser muy conocido a finales del siglo XIX por el caso Eliza Armstrong.
Prisioneros en La Noria

En 1885, Stead comenzó una cruzada contra la prostitución infantil publicando una serie de artículos bajo el titulo The Maiden Tribute of Modern Babylon. Para demostrar la verdad de sus revelaciones acordó la compra de una niña de trece años, hija de un limpiachimeneas. El nombre de la niña era Eliza Armstrong.

Aunque se cree que su acción promovió la aprobación de la enmienda a la ley de 1885, y demostró con éxito la existencia del comercio de niños, fue condenado por no haber conseguido el permiso correspondiente del padre para la compra. Stead había llegado a un acuerdo tan solo con la madre; la venta se había concretado en 5 libras.

La niña fue finalmente acogida por una familia miembro del Ejército de Salvación.

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viernes, 28 de octubre de 2016

Frances Trollope y el trabajo infantil

Niños en un fábrica

En la lista de detractores del trabajo infantil en la época georgiana y victoriana podemos encontrar el nombre de Frances Trollope.

Frances Trollope, madre del famoso novelista Anthony Trollope, nació en Hampshire en 1780. Cuando el negocio de su marido cayó en la ruina, Trollope, que tenía por entonces 52 años, empezó a escribir. Sus novelas fueron muy populares y en poco tiempo pudo pagar las deudas de su marido. Trollope creía que las novelas debían tratar temas sociales de importancia y promover así un cambio social. Así, por ejemplo, en su novela The Life and Adventures of Jonathan Jefferson Whitlaw: Or Scenes on the Mississippi trató los males de la esclavitud en los EEUU, en donde vivió cierto tiempo, y en el The Vicar of Wrexhill afrontó el tema de la corrupción de la iglesia.

En 1839 Trollope se implicó en la campaña contra el trabajo infantil en las fábricas. Para Frances Trollope miles de niños desvalidos estaban siendo reducidos a trabajos incomparablemente más severos que los causados por la esclavitud negra. Apeló por poner
"fin al más atroz sistema fabril, que debería pesar más en el corazón de cada inglés cristiano que lo que el tráfico esclavo pesó".
Muchacho de una fábrica ante un
precipicio contemplando su suicidio 
Después de visitar varias fábricas en Manchester y Bradford, Trollope escribió The Life and Adventures of Michael Armstrong, the Factory Boy  (las imágenes de la entrada son ilustraciones de la primera edición de la novela), y fue severamente criticada por escribir sobre
“gente tan vulgar… y de tan baja condición.”
Un crítico afirmó que la novela animaba a la gente a odiar a los propietarios de las fábricas y sugería que Trollope fuese enviada a prisión por haber escrito un libro tan peligroso; otro sesudo crítico sugirió que libros como ese se dejasen a los escritores masculinos, ya que
“las mujeres son más de estar en casa, en el jardín y junto al calor del hogar.”
Cuando Frances Trollope murió en 1863, había escrito numerosos libros y había hecho su contribución a la mejora de las condiciones laborales de los niños.

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miércoles, 26 de octubre de 2016

'Anne Hereford', de Ellen Wood


Si os apetece leer una novela que contiene elementos de Jane Eyre- oscura mansión con zonas secretas. misterioso huésped, narración en primera persona-, de Villette- infeliz institutriz en Francia-, ambas de Charlotte Brontë, o de algunas de las obras de Wilkie Collins- La dama de blanco, por ejemplomi propuesta de hoy puede interesaros. 

Así da comienzo la historia... 
"An express train was dashing along a line of rails in the heart of England. On one of the first-class carriages there had been a board, bearing the intimation, 'For Ladies Only', but the guard took it off when the train first started. It had come many miles since. Seated inside, the only passenger in that compartment, was a little girl in deep mourning. All was black about her save the white frills of her drawers, which peeped below her short, black, flounced frock. A thoughtful, gentle child, with a smooth, pale forehead, earnest eyes, and long dark eyelashes that swept her cheek. It was a gloomy September day, foggy, and threatening rain- a sad-looking day; and the child's face seemed to have borrowed the aspect of the weather, pervaded, as it was, by a tinge of sadness. That little girl was my self, Anne Hereford."
La huérfana Anne, nuestra heroína de apenas 11 años, es enviada a vivir con su coqueta e impulsiva tía Selina, casada con el siniestro Edward Barley. Los dramáticos y sospechosos hechos que se derivan de la rivalidad entre dos de los pretendientes de Selina, Philip King y George Heneage, harán que la estancia de Anne sea breve. Muertes que resultan sospechosas y, además, un testamento que desaparece. Irá a vivir Anne ahora con otra de sus tías, la señora Hemson, rechazada por la familia por haberse casada por debajo de su clase. El matrimonio Hemson, un matrimonio por amor se presenta muy diferente al de los Bartley, basado en el dinero, al menos por parte de Selina. Su convivencia con ellos será tranquila y apacible.     

Pronto ha de dejarlos, sin embargo, para ir al colegio, primero en Inglaterra y más tarde en Francia, en donde conocerá a Emily Chandos. Tras el colegio, habrá de buscarse un puesto de trabajo como institutriz o dama de compañía, labores estas que le resultan muy ingratas.  Por suerte, Emily, que se ha fugado con su amante, contrata a Anne como dama de compañía y la lleva a Inglaterra en una visita a su familia. Anne entra en contacto entonces con los Chandos. Al ser requerida Emily en Francia por su enfermo marido, Anne se queda en la gran mansión, en una casa extraña y entre extraños que parecen ocultar muchos secretos. Deberá enfrentarse a la frialdad de Lady Chandos, a los misterios que rodean a la hija política de esta, a cuyo marido nunca se menciona, a unas extrañas apariciones... y además a su pasado más reciente, pues su amenazante tío Edward Bartley sorpresivamente ha alquilado la casita de campo de la mansión. Bartley tiene mansión propia y las razones que pueda tener su tío para ello intranquilizan y atemorizan a Anne. Por suerte, cuenta a su lado con Harry Chandos, el atractivo hijo menor de la familia, con el que ha ido poco a poco estrechando vínculos

Y esto, querido lector, no ha hecho más que empezar...

Anne Hereford, de Ellen Wood- más conocida en su época como Mrs. Henry Wood- es una novela trepidante encuadrada dentro de las denominadas sensation novels. Y es que no le falta de nada: una heroína huérfana que nos relata su vida en primera persona,  un tío muy malvadoun testamento que desapareceuna familia con un oscuro secretouna misteriosa mansión con el ala este clausurada, muertes sospechosasuna pareja de enamorados separados por un secreto familiar, fantasmas y sonámbulos,...  Todo se combina maravillosamente para crear una historia que no da cuartel al lector hasta el último momento. Bien es verdad que en este último momento las casualidades y coincidencias pueden parecer quizá excesivas pero es que Anne Hereford, no olvidemos, es deudora del género al que se adscribe y en el que estas licencias se admiten como parte de la ficción. 

Anne Hereford puede que no esté a la altura de la obra más celebrada de esta autora, East Lynne- pronto la encontraréis también por aquí y esa sí será una reseña extensa- pero desde luego garantiza al lector unas agradables horas de entretenimiento prendido de la historia que nos narra Anne Hereford. Todo un page-turner. 

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lunes, 24 de octubre de 2016

'Evelina's Garden' ('El jardín de Evelina'), de Mary Eleanor Wilkins


Mary Eleanor Wilkins Freeman (1852-1930)- de nacimiento Mary Ella pero cambió su nombre en honor a su madre tras el fallecimiento de esta; el Freeman viene de su marido del que se divorció por sus adiciones a alcohol y otras sustancias- fue una escritora norteamericana  muy célebre por sus historias para niños, sus novellas y relatos, sus cuentos de terror, su novela Pembroke y tantas otras obras. Desde la adolescencia empezó a escribir historias infantiles y poesía para ayudar de este modo al sustento de la familia y ya no dejó de escribir durante más de treinta años.  

Comenzaremos conociendo a esta autora- y hacemos coincidir esta entrada con la conmemoración, hoy 31 de octubre, del 164 aniversario de su nacimiento- con Evelina's Garden, pero pronto podréis leer en el blog las reseñas de otro par de relatos más- muy diferentes en tono y temática de este- que ya he podido disfrutar. 

Pero vamos con la historia de Evelina, y junto con la suya la de su jardín, que comienza así...
"On the south a high arbor-vitæ hedge separated Evelina's garden from the road. The hedge was so high that when the school-children lagged by, and the secrets behind it fired them with more curiosity than those between their battered book covers, the tallest of them by stretching up on tiptoe could not peer over. And so they were driven to childish engineering feats, and would set to work and pick away sprigs of the arbor-vitæ with their little fingers, and make peep-holes—but small ones, that Evelina might not discern them. Then they would thrust their pink faces into the hedge, and the enduring fragrance of it would come to their nostrils like a gust of aromatic breath from the mouth of the northern woods, and peer into Evelina's garden as through the green tubes of vernal telescopes."

En un pequeño pueblo de Nueva Inglaterra todos muestran su respeto por Adams, el viejo y viudo hacendado local, y admiración por su hija, a la que vieron nacer; ambos apenas cruzan una palabra con los habitantes del pueblo pero estos no cesan de hacer conjeturas sobre la discreta y solitaria vida de los dos. Evelina, la joven, tímida y bella Evelina, lleva una vida de semi clausura, sin saber lo que es la compañía de gente su edad, la diversión, o el amor. Tan solo aquella mirada que cruzó en la iglesia con el joven. Una mirada apenas que puede dar consuelo y sentido o condenar toda una vida.  

Tras la muerte de su padre, siguen los cotilleos sobre el futuro de Evelina, sola en esa gran casa. Pero Evelina no está del todo sola; cada uno de los momentos de su día a día lo ocupa en su hermosísimo jardín que, con el paso de los años, va embelleciéndose más y más. Al mismo tiempo va creciendo en altura el seto que Evelina ha hecho plantar rodeando el jardín. 

Tras el fallecimiento del último de los fieles y ancianos criados, llega a la casa una joven huérfana, una pariente lejano, para vivir con la ya anciana Evelina. Se llama Evelina, como ella. Evelina Leonard. También, y con demasiado frecuencia, intentan colarse en la casa, Mrs. Martha Loomis, prima de Evelina, y sus dos hijas, con más interés por la herencia- creen que puede peligrar con la entrada en escena de la joven Evelina- que por cariño a su prima.  

Con la nueva Evelina parece repetirse la vieja historia: el jardín, el cuidado de su tía, la iglesia... configuran su vida Y si hace años fueron las tímidas miradas de Evelina y el joven del pueblo, las que se cruzan son ahora las miradas y palabras entre Evelina el nuevo y joven vicario, Thomas Merrian, hijo del hombre que había hecho suspirar a Evelina Adams. Será cuestión de comprobar si las cosas sucederán del mismo modo o habrá oportunidad y valor para el cambio. La muerte de la anciana Evelina y su testamento, con dos cláusulas de condiciones, pondrán las cosas un poco difíciles.


Evelina's garden es una bonita, dulce y, cierto modo, triste historia sobre la soledad y el amor, una historia de segundas oportunidades- Evelina frente a Evelina- sobre cómo darle sentido a nuestra vida con lo verdaderamente importante, y, principalmente, sobre la valentía en el amor. Es una novella a medio camino entre el drama y la comedia romántica con algunos personajes casi de cuento- Mrs. Martha Loomis recuerda a la malvada madrastra de Cenicienta- que se lee con sumo gusto.  Evelina's garden es una historia pausada, en el que el discurrir de toda una vida y el despertar de otra se nos muestran ante nuestros ojos con la lentitud de esas grises tardes de invierno ante la chimenea con una taza de té en una mano y el poso de de nostalgia en la otra.  

Si os apetece leerla, aquí os dejo el enlace a Evelina's Garden en Project Gutenberg

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viernes, 21 de octubre de 2016

'The Lighthouse Keeper' ('El farero'), de Henryk Sienkiewicz


He de reconocer que de patriotismo y de las hazañas heroicas en su nombre no entiendo mucho, ni llego a comprenderlos del todo. De lo que sí entiendo, sin embargo, es de la añoranza, de la nostalgia, de la morriña, como decimos por aquí. La morriña de la tierra, de sus gentes, de su cultura y su lengua, la morriña de su aroma, sus colores y su sabor. 

Y de esa morriña sabe bien Skavinski, el protagonista de la historia corta del autor polaco Henryk Sienkiewicz (Premio Nobel de Literatura 1905), The Lighthouse Keeper of Aspinwall

El viejo Skavinski llega al faro de Aspinwall impregnado de luchas, de batallas, de mil fracasos y desengaños. El viejo farero ha muerto y se necesita con urgencia un sustituto; no hay más candidatos y es aceptado en el puesto. Skavinski, viejo y cansado, añora la soledad, la paz, la quietud que le han sido negadas. Su vida en el faro es lo que siempre ha soñado y llega a sentirse embriagado de esa felicidad, rodeado de la inmensidad del mar y del cielo, aunque esa felicidad vital suponga el estar medio muerto para el resto del mundo. Lo que siempre ha soñado... 

"But the awakening came.”       

¿...?

Aquí os dejo el enlace a The Lighthouse Keeper of Aspinwall para que descubráis vosotros mismos ese despertar de Skavinski. Espero que lo disfrutéis. 

¡Gracias por la visita!

miércoles, 19 de octubre de 2016

'El abismo', de Charles Dickens y Wilkie Collins


Hoy vuelvo a acercar hasta aquí una colaboración de Dickens y su amigo, y uno de los precursores del género policíaco, Wilkie Collins.

La amistad entre Dickens y Collins se remonta a 1851 y viene propiciada por un amigo común, Augustus Egg, y por su afición al teatro. Y de esa amistad y la admiración que sentían el uno por el otro se derivó la colaboración literaria. La simbiosis de estos dos grandes genios de las letras inglesas se produjo en varias ocasiones, sobre todo con revistas, obras de teatro y relatos cortos. Y entre estas novelas cortas a dos manos destaca, sin duda, Callejón sin salida, así traducido respetando el título original, No thoroughfare, en mi edición de Editorial Penínsulao El abismo, según la traducción de esta otra vieja edición que poseo de 1969 de Editorial Destino.

El relato fue publicado por primera vez en diciembre de 1867- hace 145 años- en All Year Round, el periódico de Dickens. La historia comienza de este modo...
"Day of the month and year, November the thirtieth, one thousand eight hundred and thirty-five. London Time by the great clock of Saint's Paul, ten at night."
Charles Dickens y Wilkie Collins

Así, un 30 de noviembre de 1835, a las diez de la noche da comienzo la trama de esta historia de intriga, de suspense, de amor y de acción que, dividida en una obertura y cuatro actos- estaba pensada inicialmente como obra de teatro y, de hecho, fue escrita poco después una dramatización de la misma- nos llevará del Londres victoriano a los fríos Alpes suizos.

El desarrollo de la historia con dos enigmas sin aparente relación alguna pero que finalmente llegan a una resolución muy satisfactoria- y al gusto del lector de la época- tiene muchos ingredientes característicos de la forma de narrar de Collins, un maestro en el manejo de la intriga con acelerones y ralentizaciones en la acción, y otros muchos rasgos de la pluma de Dickens que se hace evidente en las descripciones de Londres, los momentos de humor- con el personaje de Joey Ladle principalmente-, la brillante caracterización de los personajes y ese sentido de la justicia siempre presente en Dickens.

Walter Wilding, dueño de las bodegas Wilding y Cía., acaba de quedar huérfano de madre. Aquella a la que tanto había adorado en vida, le había recogido- identificádolo como su propio hijo- en la Casa de Niños Expósitos. Pero, ¿y si hubieran dado el mismo nombre a otro niño? ¿Quién sería el verdadero Walter Wilding? ¿Quién sería el usurpador?  

Por otro lado, su socio George Vendale ha de enfrentarse a este dilema moral, que está minando la salud de su amigo, y a otro problema añadido que está a punto de surgir y que le obligará a viajar a Suíza y dejar en Londres a su amada Miss Marguerite Obenreizer...

"La última mirada de Vendale fue para Marguerite. Las últimas palabra que Marguerite le dijo fueron. 'No te vayas'"
Y es que ciertamente el viaje estará lleno de riesgos y peligros...

Callejón sin salida/El abismo es una lectura con la que me he divertido mucho, como no me cabe la menor duda debieron divertirse Dickens y Collins a través de la prolífica correspondencia que mantuvieron durante el proceso creativo de la novela.

Dickens + Collins = Buena lectura

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lunes, 17 de octubre de 2016

'Aunt Jane's Nieces' ('Las sobrinas de tía Jane'), de Edith Van Dyne


Pocos lectores sabrán quizá que tras el seudónimo de Edith Van Dyne se esconde L. Frank Baum. Pero así es. El célebre creador de Oz y su mundo escribió bajo este nombre entre otras obras- The Bluebird Books, por ejemplo- una serie, Aunt Jane's Nieces (Las sobrinas de tía Jane), cuyo primer libro hoy acerco hasta aquí. Esta primera historia fue publicada en 1906 y la serie continuaría hasta 1915, y una nueva edición del último título con algunas modificaciones, Aunt Jane's Nieces in the Red Cross, en 1918.  

En Aunt Jane's Nieces, Jane Merrick, la anciana tía Jane, hace llamar a su jóvenes sobrinas Louise Merrick, Elizabeth De Graf, y Patsy Doyle- hijas de su hermano y hermanas pequeños-, a su lado. Inválida y de carácter difícil, siente que le queda poco de vida y desea conocerlas un poco mejor para poder decidir a cuál de ellas hará beneficiaria en su testamento. Cada una de las sobrinas son jovencitas muy diferentes entre sí, que reciben la carta de su tía de desigual modo y cuyos comportamientos hacia la anciana serán claramente diferentes.

Louise, de diecisiete años, se muestra atenta, demasiado atenta, a todas las necesidades de su tía, que no valora estas atenciones por considerarlas insinceras. Louisa viene de una situación económica precaria desde el fallecimiento de su padre. Ella y su madre habían decidido invertir todo su capital en su introducción en sociedad con el fin de capturar un marido para Louise que las librase de sus apuros.  La posible herencia de tía Jane solucionaría sus problemas.

Beth, de quince años, es una jovencita muy bella pero huraña, de mal carácter y que no acaba de congeniar con su tía. Los padres de Beth tienen serios problemas para llegar a fin de mes, problemas que Jane Merrick se ha negado a aliviar.

Patsy, de dieciséis años, es la más resolutiva, honesta y directa de las tres. Reprocha a su tía la falta de ayuda en su momento para el tratamiento de su enferma madre, ahora fallecida, y se niega a participar en la caza de la herencia. Tiene una relación muy peculiar con su tía, que le coge particular cariño por su independencia y franqueza.

Además de tía Jane, las tres sobrinas, los numerosos sirvientes, James el jardinero, que jugará su papel en la historia, vive en la gran casa Kenneth Forbes, sobrino de Thomas Bradley, antiguo prometido de tía Jane y de quien ha heredado sus posesiones. El joven Kenneth es tímido, inseguro, huidizo, un carácter propiciado y acentuado por la total negligencia y abandono afectivo con el que es tratado por Jane. Se sumará también al grupo, Silas Watson, abogado de Jane, y el tío John, hermano mayor de Jane, al que la vida parece no haber tratado del todo bien.        
"Perhaps I didn't treat my brothers and sisters generously in the old days, Silas." 
"Perhaps not," he answered. 
"So I'll make amends to one of their children. That is, if any one of
the three nieces should prove worthy."
Estos personajes puestos en juego han de ir conociéndose, al mismo tiempo que lo va haciendo el propio lector, adaptándose a la nueva situación, conviviendo a pesar de sus diferentes personalidades y lidiando con los problemas con la herencia que surgen tras el fallecimiento de tía Jane.

El libro se lee con agrado, con amenidad. Es verdad que el que haya pasado más de un siglo desde su redacción deja huella de modo inexorable en cierto carácter moralizante de la obra, en la evidencia de los roles de género imperantes en la época, pero no deja de ser una historia entretenida con algunos giros originales que la alejan de la narración típica y tópica. Aunt Jane's Nieces nos traslada a un tiempo más ingenuo, más naíf, en el que podemos creer que aquellos de buen corazón siempre tienen su recompensa.  

Si sois de los que disfrutaron Mujercitas, de Louisa May Alcottt, de seguro esta serie, o esta primera historia para comenzar,  será de vuestro agrado.

Aunt Jane's Nieces, se publicó en 1906, como decía, y le siguieron en esta serie: Aunt Jane's Nieces Abroad, Aunt Jane's Nieces at Millville, Aunt Jane's Nieces at Work, Aunt Jane's Nieces in Society, Aunt Jane's Nieces and Uncle JohnAunt Jane's Nieces on Vacation, Aunt Jane's Nieces on the RanchAunt Jane's Nieces Out West y la última Aunt Jane's Nieces in the Red Cross

  • Os dejo los enlaces a cada uno de los libros de la serie. Si queréis leerlos, picad en los títulos de arriba; os dirigirá a los diferentes textos.

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viernes, 14 de octubre de 2016

Elizabeth Fry y la prisión de Newgate


Fry visitando la prisión de Newgate

De la época victoriana he de reconocer que me atrae todo, tanto los esplendores del Imperio como sus miserias, que fueron muchas. La Revolución Industrial llenó las grandes ciudades del Reino Unido de pobres, de desarrapados, de buscavidas,… que acababan llenando las prisiones, como la de Coldbath Fields o la de Newgate.

Elizabeth Fry (1780-1845) visitó la prisión de Newgate (Londres) en 1813. Las condiciones en que vivían los allí recluidos la horrorizaron, sobre todo las de la sección para mujeres. A partir de esa visita dedicó su vida a mejorar las condiciones de las cárceles para mujeres.

Recordemos que el estado no proporcionaba cama ni ropa a los reclusos y, por lo tanto, aquellos que no disponían de recursos económicos vivían en las condiciones más miserables; incluso tenían que pagar para poder salir una vez cumplida la condena. La prisión estaba dividida en dos zonas: una zona común para los prisioneros pobres y otra para los que se podían permitir un alojamiento más confortable.

La pena de muerte se aplicó allí en 222 delitos diferentes, incluyendo robo de correspondencia, sodomía, hurtar 25 peniques, robar en un huerto,… La juventud tampoco era una barrera para la pena capital: dos hermanos, Michael Hammond, de 7 años, y su hermana, de 11 años, fueron ahorcados en 1708
Una de las celebraciones dominicales en la capilla de la prisión
de Newgate: un féretro sobre una mesa rodeado de los
prisioneros sentenciados a muerte

La sección de las mujeres estaba abarrotada con mujeres y niños, algunas de las cuales ni siquiera habían ido a juicio. Comían, cuando podían, y se lavaban en las pequeñas celdas en las que dormían sobre paja. Elizabeth Fry pasó una noche con ellos y al día siguiente volvió con comida y ropa para algunos de los prisioneros. Aunque animó a las clases altas y nobleza a que hiciesen lo mismo, la verdad es que durante los tres años siguientes no pudo continuar con su labor debido a las dificultades económicas que atravesó su familia.

Pero Fry volvió en 1816 y, con el tiempo, pudo establecer una escuela en la cárcel para los niños que estaban encarcelados con sus padres. Dio comienzo a un sistema de supervisión y sugirió a las mujeres que trabajasen cosiendo o leyesen la Biblia (Fry era devota Cuákera). En 1817 ayudó a fundar la Asociación para la Reforma de las Prisiones para Mujeres en Newgate. Esto dio lugar a la creación de la Sociedad para Promover la Reforma de las Prisiones para Mujeres, descrita por muchos biógrafos e historiadores como la primera organización femenina de índole nacional en Gran Bretaña.

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miércoles, 12 de octubre de 2016

'El nudo corrredizo', de Philip MacDonald. Crisol Nº 367

Edición de Crisol de 1952

'Whodunit' or 'whodunnit' (de "Who [has] done it?" "Who did it?") es una variedad en el desarrollo de la historia detectivesca. Aquí los lectores tienen la oportunidad de implicarse en el proceso de deducción del mismo modo que el protagonista que investiga el crimen. Para ello han de seguir las pistas que se van dando hasta llegar la esclarecimiento final o clímax con el descubrimiento del culpable o culpables. Philip MacDonald es claro representante, sobre todo en las historias protagonizadas por Anthony Gethryn, de este tipo de técnica y El nudo corredizo es un ejemplo de ello. Pero antes de comentar la novela conviene quizá conocer un poco al autor...

Philip MacDonald (1900-1980) fue un autor británico especializado en thrillers e historias policiales, un verdadero autor de best sellers en su momento. Escribió numerosas novelas y, una vez se trasladó a Hollywood en 1931, trabajó además de modo intensivo como guionista de cine y televisión en series como Alfred Hitchcock Presents o Perry Mason. MacDonald fue también el que, junto a Michael Hogan, hizo una adaptación de la novela de Daphne du Maurier, Rebecca, adaptación en la que se basaron Robert E. Sherwood and Joan Harrison para su guión de la celebrada película de 1940.


"La niebla se extendía sobre Londres como un manto sombrío."

El nudo corredizo se publicó en 1930, antes de su marcha a EE.UU., y constituye su sexta novela.  El nudo corredizo que da título al libro es el nudo que metafórica y casi literalmente rodea el cuello de David Bronson. Ha sido declarado culpable de asesinato y la ejecución- le espera la horca- tendrá lugar en apenas cinco días. La esposa de Anthony Gethryn es quien pide al detective que intervenga ya que cree firmemente en la inocencia de Bronson. Para la investigación- el tiempo apremia- se desplazan a la posada Saint Hubert que el acusado y su bella esposa Selma regentan en el pueblo de Farrow, lugar en donde ha tenido lugar el crimen. Contarán con la ayuda del abnegado inspector de Scotland Yard, Arnold Pike, y de dos periodistas de The Owl, Dyson y Flood. La maquinara se pone en macha, cada uno siguiendo su particular modus operandi, pero con Gethryn- el infalible y algo snob Gethryn- como líder indiscutible. 

Facsímil de la edición de Collins, The Crime Club
No es El nudo corrredizo una narración de trepidante acción sino que se basa principalmente en la deducción lógica o intuitiva- menuda intuición tan certera, a decir verdad, la de Gethryn- y en los diálogos de intercambio de información y datos de los implicados en la resolución del caso. Podría ponerse algún pero en cuanto al papel que la buena suerte desempeña en la obtención de esa información o a que el lector no cuenta con absolutamente todos los datos pero, aún así, he disfrutado mucho la novela básicamente por su agilidad, sencillez, su variedad de personajes y su ambientación: un pueblecito inglés como escenario siempre resulta atractivo.  

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lunes, 10 de octubre de 2016

'El reinado de Witiza', de Francisco García Pavón


A veces se llega tarde pero se acaba llegando, que es lo importante. A Tomelloso, por ejemplo. Hasta hace apenas unos días no conocía a Plinio, el Jefe de la Guardia Municipal de Tomelloso, ni a don Lotario, el veterinario- pareja al estilo de Sherlock Holmes y Watson o mejor quizá al de Quijote y Sancho- y ahora ya me tarda el reencuentro. Acabada la lectura de El reinado de Witiza una siente ya morriña de los churros del bar de la Rocío, del cafelito en el Casino, de las visitas a la bodega de Braulio, de las idas y venidas en el Seicientos de don Lotario, de las parrafadas con Matías, el enterrador, o de los ratos al sol en la plaza del pueblo esperando a que alguien nos dé conversación. Y de paso, y sin darnos cuenta, entre tanto trajín, iremos resolviendo alguno de los casos con los que se ha de enfrentar la autoridad en Tomelloso.

Y digo de paso porque el enigma a resolver, la aparición de un cadáver sin identificar dentro de un nicho abierto en el Cementerio de Tomelloso, no deja de ser la excusa perfecta para conocer a los personajes principales y a los numerosos secundarios, los tomelloseros, con su habla popular, su idiosincrasia, su filosofía del campo y su peculiar visión del mundo. Y es que nos hallamos en el Tomelloso del pasado- un pasado no tan lejano en el tiempo pero sí distante y ya desaparecido-, en La Mancha durante la dictadura franquista.  
"Manuel González, alias Plinio, Jefe de la Guardia Municipal de Tomelloso, y su colaborador y amigo entrañable don Lotario el veterinario, con aire desganado contemplaban la plaza del pueblo tras la vidriera de uno de los balcones del Casino de San Fernando." 

Así da comienzo la historia de El reinado de Witiza, cuyo título hace referencia a Witiza, rey godo con el que el difunto guarda cierto parecido. El cadáver en cuestión tendrá un reinado muy movido, a decir verdad, casi tanto como lo tuviera aquel otro célebre de Pero, ¿quién mató a Harry?, de Jack Trevor Story, que popularizara en el cine Alfred Hitchcock. Pero hasta ahí llegan las similitudes con la aventura inglesa. 

El reinado de Witiza está lleno de un humor ingenuo, popular, de simpáticos localismos léxicos, de una ambientación- la verdadera protagonista- que nos suena sin haberla vivido porque forma parte de nuestra historia-, cuenta con cierta crítica social, huele a campo y a Celtas y, sobre todo, está repleto de buena gente, de humanidad.  

Divertidísima.

Francisco García Pavón fue con esta novela Finalista del Premio Nadal de 1967 y con la siguiente de esta serie, El rapto de las Sabinas, que ya está en casa a la espera de su momento, obtuvo el Premio de la Crítica en 1969

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viernes, 7 de octubre de 2016

Joseph Merrick, más allá del Hombre Elefante



Existen varias imágenes en Internet de Joseph Merrick desnudo, sentado ante la cámara, de su esqueleto,… en las que podemos hacernos una idea bastante exacta de su tara física. Sin embargo, he preferido no poner ninguna de ellas aquí; no quisiera- él no quería- que lo único que recordásemos de él fuese su deformidad.

Joseph Merrick (1862-1890) era más que eso. Su enfermedad era monstruosa pero él no; él era un hombre dulce, amable, sensible, educado y agradecido. Debajo de su apariencia monstruosa y deformada se ocultaba todo un caballero. Merrick hablaba con voz cultivada, afable y pausada. Tenía una educación que nadie hubiese esperado en un londinense de clase baja de aquella época. Disfrutaba de una extraordinaria imaginación y se notaba a la primera frase que uno estaba en presencia de una persona inteligente, de extenso vocabulario y que además sabía leer y escribía con estilo y corrección. Pocos de los hombres considerados normales podían presumir de lo mismo en el miserable Londres victoriano.

Y fue uno de los seres humanos más desafortunados de la historia.

La fotografía corresponde a la preciosa maqueta de cartón de la catedral de Mainz realizada por Merrick en el hospital de Londres en el que permaneció los últimos años 0hasta su muerte. La maqueta no la construyó el monstruo, El Hombre Elefante, la construyó con tesón y paciencia el hombre sensible que estaba recluido en ese cuerpo.

Y este que sigue es el único poema conservado de la pluma de Merrick. Qué menos que cumplir su deseo, ¿no creéis?
"'Tis true my form is something odd,
But blaming me is blaming God;
Could I create myself anew
I would not fail in pleasing you.

If I could reach from pole to pole
Or grasp the ocean with a span,
I would be measured by the soul;
The mind's the standard of the man."
-0-

 "Es cierto que mi forma es muy extraña,
pero culparme por ello es culpar a Dios;
si yo pudiese crearme a mí mismo de nuevo
procuraría no fallar en complacerte.
Si yo fuera tan alto
que pudiese alcanzar el polo
o abarcar el océano con mis brazos,
pediría que se me midiese por mi alma,
porque la verdadera medida del hombre es su mente."
¡Gracias por la visita!

miércoles, 5 de octubre de 2016

'Carter & West', de Ana Bolox


Carter & West es el título del primer libro publicado por Ana Bolox y al parecer toda una declaración de intenciones sobre cuáles serán nuestros protagonistas a seguir. El libro se compone de tres relatos que pueden ser leídos de forma independiente pero también como eslabones de una cadena que no se acaba en esa tercera historia sino que, y afortunadamente para los lectores, tendrá continuidad. Pero vamos por partes...

Destino inexorable, Aracne y La muerte viene a cenar son los tres relatos de intriga que componen, como decíamos, este primer volumen de Carter & West. Los tres son bien diferentes pero al mismo tiempo guardan entre sí cierta unidad y coherencia. En el primero, Destino Inexorable, nos trasladaremos a una lujosa mansión en la campiña y seremos testigos de la muerte de lady Milton a través de la mirada ingenua pero viva e inteligente de una de las jóvenes doncellas, Janette Frances, que se verá involucrada muy a su pesar en las intrigas de espionaje y contra-espionaje en la Inglaterra de los años 40 del siglo pasado, la Inglaterra tras la 2ª Guerra Mundial. Es este un relato vibrante muy bien llevado, con un giro interesante y final inesperado que deja la sensación de que quizá haya otra posibilidad de toparnos con Nett en el futuro. Al referirse a este primer relato la propia autora reconoció que desearía haberlo revisado antes de la publicación y quizá sí debería hacerse en algunos aspectos; uno de ellos es el recurso de la repetición literal de la narración de un sueño, recurso que descoloca por lo ilógico e irracional. 

Aracne, el segundo relato, nos traslada a un escenario más urbano, Londres, en el que nos reencontremos con un personaje del primero, Arthur Dwight, visto ahora desde otra luz. Dwight, subdirector del MI5 se verá en la necesidad de ayudar a un amigo, Lord Thomas Craddock, a recuperar unos importantes documentos, cuya desaparición ponen en serio peligro la seguridad del país. Para ello ha de recurrir a Carter, detective de Scotland Yard, héroe de guerra, hombre de confianza y al que Dwight conoce desde que trabajase a sus órdenes. Carter habrá de vérselas en le caso no solo con peligrosos espías sino además con Laura, la bella hija de Lord Craddock


Finalmente en La muerte viene a cenar, de los tres relatos el que se adapta en mayor media a mis gustos personales, nos alejamos del espionaje y la política para centrarnos en un crimen más personal, en la muerte de un escritor, Thomas Allerton, en víspera de la publicación de su última novela. Una grande y lujosa casa, con mayordomo incluido, las relaciones personales, las presiones mercantiles a las que se ven sometidos los escritores, una compañía de mecanógrafas- con Kate West al frente como directora- serán los elementos principales de esta historia y en el medio de todo ello, intentando poner orden y hacer encajar las piezas, el detective Carter de nuevo. En el transcurso de la historia la bella y perspicaz West se convertirá en importante ayuda para el detective. Dos actores, Carter & West, en escena, y es ella, Kate West, la que, siguiendo con el símil cinematográfico, acapara las miradas y llena la pantalla.

Carter & West es un libro muy ameno y ligero, que nos acerca a las viejas y amables historias detectivescas, cosy y british, que tanto nos gustan por aquí; es una estupenda introducción a estos personajes que espero nos den muchas y buenas historias en el futuro. Será entonces el momento de que encaren situaciones de mayor complejidad, de dotar a Carter de mayor fuerza y carácter- apenas conocemos de él breves pinceladas y se muestra demasiado susceptible a la belleza femenina-, y de seguir consolidando a esta pareja que promete... y mucho.  Como promete y mucho su autora. Mi enhorabuena a Ana Bolox

¡Gracias por la visita!
   

lunes, 3 de octubre de 2016

Adelaide Barlett y el misterio de Pimlico



La época victoriana despierta, por muchos y variados motivos, una extraordinaria fascinación: la literatura, la decoración, la sociedad y sus modos, la revolución industrial y los cambios que trajo consigo, la fuerza y el poder del gran Imperio Británico, incluso el Londres victoriano con Jack el Destripador recorriendo sus calles entre la densa niebla... Pero hoy la entrada no versará sobre ninguno de estos asuntos sino que se centrará en una mujer victoriana, Adelaide Bartlett, protagonista de uno de los más célebres juicios por asesinato de la época.

A las mentes de la época les costaba concebir a las mujeres como seres capaces de perpetrar un crimen al estar, como así era, educadas para reprimir sus instintos y pasiones y adecuar su conducta a un rígido código moral. Pero hubo asesinas. El arma más común utilizada por las mujeres era el veneno; no precisa fuerza física y era relativamente fácil hacerse con ciertos venenos como estricnina, cloroformo o arsénico. Tan solo había que firmar en el Poison book que había en todas las farmacias si la cantidad era de cierta relevancia, pero para pequeñas cantidades ni siquiera este requisito era necesario. Estos venenos eran utilizados para matar ratas, moscas y otros animales abundantes y molestos.

Los móviles que generalmente impulsaban a la mujer a matar solían ser económicos (en la época victoriana se incrementaron notablemente los seguros de vida) aunque no exclusivamente. Otros motivos- los celos, la venganza, la ocultación de un posible escándalos o, incluso, el deseo de escapar de las rígidas normas de unos padres o de un marido muy estrictos- eran frecuentes.

Adelaide Bartlett al parecer usó cloroformo líquido para matar a su marido Thomas Edwin Bartlett el 31 de diciembre de 1885.  El ministro de la iglesia Dyson, visitante asiduo de la casa de los Bartlett en Pimlico y amante de Adelaide, al parecer con el conocimiento y consentimiento del propio marido, compró varios botes pequeños de cloroformo en diferentes farmacias, eludiendo así la firma en el mencionado Poison book, y Adelaide se lo hizo ingerir a su marido.

El problema con el que se encontraron los fiscales en el momento del juicio fue demostrar que Adelaide le había hecho ingerir el cloroformo a su marido ya que, aunque sí encontraron durante la autopsia grandes cantidades del veneno en el estómago del fallecido, el cadáver no presentaba signos de quemaduras ni en la garganta ni en la laringe. Según intentó demostrar el abogado defensor de Adelaide, Sir Edward Clarke, uno de los mejores abogados de la Inglaterra victoriana tardía, esto sólo podría producirse si se bebiese de manera muy rápida, insinuando con ello el suicidio.

Finalmente, por falta de pruebas sobre el modo en que fue ingerido el veneno y aunque casi nadie dudaba de su culpabilidad, Adelaide y Dyson fueron absueltos. Una vez celebrado el juicio, el famoso cirujano Sir James Paget le rogó que, en interés de la ciencia, detallase cómo lo había hecho. Adelaide prefirió llevarse el secreto a la tumba aunque algunos investigadores, como Yseult Bridges en su libro Poison and Adelaide Barlett, sugieren, a raíz de una conversación mantenida entre Edwin y su médico  Dr Leach durante la enfermedad del primero, la posibilidad de sesiones de mesmerismo e hipnosis. Lo cierto es que nunca sabremos la verdad.

¡Gracias por la visita!