lunes, 29 de febrero de 2016

'Silas Marner', de George Eliot


Decía Lord David Cecil en Early Victorian Novelists,
"To appreciate the art of another period one must, to a certain extent, enter into its spirit, accept its conventions, adopt a willing suspension of disbelief in its values."
Y es evidente que debe hacerse ese esfuerzo de comprensión de las convenciones y el espíritu de un período histórico determinado si se desea aprehender realmente el significado de una obra de arte, literaria o de otro tipo, de esa época en cuestión. Así, por ejemplo, debemos recordar que los lectores victorianos no leían solo por placer sino a modo de aprendizaje moral. Esperaban encontrar en sus lecturas una carga moral y didáctica y que las obras reflejasen no tanto la realidad tal cual era sino como se deseaba que esta fuese; esto es, un lugar en el que los malos y perversos (los otros) eran castigados y los buenos (ellos, claro) recompensados. Teniendo esto en consideración, podremos afrontar la muy recomendable lectura de Silas Marner sin reprochar demasiado a la autora su deuda manifiesta a lo largo de toda la novela con la fábula y la parábola moralizante.
George Eliot publicó Silas Marner en 1861 cuando ya habían visto la luz, fruto de su pluma, artículos de crítica literaria como Las novelas tontas de ciertas damas novelistas, varias traducciones del alemán y dos novelas, Adam Bede y The Mill on the Floss. Desde el inicio usó ese pseudónimo masculino, George Eliot- su verdadero nombre era Mary Ann Evans- principalmente por dos motivos. El primero, como la mayoría de sus contemporáneas, para evitar los prejuicios existentes hacia las mujeres escritoras y el segundo, también con prejuicios por medio, porque temía, y no erróneamente, que nadie compraría sus novelas si sabían que habían sido escritas por una mujer que vivía con un hombre sin que les uniese el vínculo del matrimonio. De todos modos y en este sentido, debe reconocerse que pronto se descubrió la identidad que escondía el pseudónimo pero que, a pesar de cierto revuelo, su calidad literaria siguió siendo apreciada. 
George Eliot (1819-1880)
Silas Marner, el protagonista indiscutible que da nombre a la novela, vive en el pequeño pueblo de Raveloe en una sencilla cabaña alejada del resto de habitantes, que lo miran con cierto recelo. Silas llegó allí hace ya 15 años, pero no ha logrado integrarse. Su carácter no huraño pero sí hosco y parco, su conocimiento de ciertas hierbas medicinales y su profesión de tejedor- el título completo de la novela  es Silas Marner, el tejedor de Raveloe- en un pueblo que no conocía tales máquinas como las que utilizaba Silas, le hacen diferente al resto. Y lo diferente les asusta.
Silas no es como ellos. Vino de la sucia, ruidosa e industrial ciudad a vivir al campo, alegre, sano, limpio; provenía de una comunidad Puritana que no creía en jerarquías sino en la relación directa del individuo con Dios, mientras que en Raveloe la religiosidad se vive a través de iglesia establecida, la Iglesia de Inglaterra, de marcada jerarquía;  Silas  es un desconocido que no desea hacer saber a los demás sobre ese pasado del que huye- los lectores sí sabremos, en cambio, de una dolorosa traición- mientras que en el pueblo todos se conocen bien, hasta en los más mínimos detalles. Silas es, sin serlo, un extraño, un extranjero.
La amargura de su desengaño en la ciudad y la incomprensión por parte de sus vecinos le hacen encerrarse cada vez más en sí mismo, acabando por tener el recuento diario de las monedas que le dan como pago a su trabajo como único aliciente, lo único que da sentido a su rutinaria, humilde y solitaria vida. Pero el destino jugará con él al sustituir su oro por una pequeña huérfana, Eppie, que supondrá un drástico cambio en su planteamiento de la vida.  
Mencionábamos arriba las abundantes dualidades que se establecen entre Silas y su entorno, pero aún queda uno por señalar. La historia de Godfrey, hijo mayor del terrateniente de la localidad,  discurrirá de modo paraleloa la de Silas, aunque con destacados y esenciales puntos de contacto entre ellas. Ese paralelismo contrastará los distintos modos de actuación de uno y otro- el amor, la sinceridad, la honestidad, el deber, la asumpción de responsabilidades,...- y contribuirá a destacar la figura del héroe de nuestra historia. Y estos dos personajes son los más redondos del libro- utilizado aquí como opuesto a planos- al ser analizados con una profundidad infrecuente en la novela de esta época. No en vano, George Eliot es considerada la primera gran novelista psicológica inglesa.  
Y para concluir ya la pequeña reseña de esta gran novela, una frase de la autora recogida en una carta de 1859 a John Blackwood, su editor, que creo que absolutamente todos los autores y autoras comparten,
"I don't want the world to give me anything for my books except money enough to save me from the temptation to write only for money."
("No quiero que el mundo me dé nada por mis libros a excepción del dinero suficiente para librarme de la tentación de escribir solo por dinero.")  

viernes, 26 de febrero de 2016

'Jane Eyre', de Charlotte Brontë


De las tres hermanas Brontë Anne era probablemente la más sosegada y melancólica, Emily la más enigmática y Charlotte la más pasional. Y es de ese apasionado carácter de Charlotte de donde surge la fuerza de una obra como Jane Eyre. Hoy, ya veis, le toca el turno a la institutriz por excelencia de la literatura. Es el turno de Jane Eyre

Al igual que comentábamos para Agnes Grey (leer reseña AQUÍ), Jane Eyre contiene abundantes referencias autobiográficas- pero en este caso más noveladas y con un carácter más romántico del que Anne quiso imprimir en su novela- que iremos viendo.

De las numerosas biografías sobre las hermanas Brontë escritas hasta la fecha una de las más reconocidas, y que estableció las bases de la visión que de las hermanas se tiene aún hoy en día, es Vida de Charlotte Brontë, de Mrs. Elizabeth Gaskell (leer reseña AQUÍ). Es una gran biografía, muy recomendable sin duda, pero es verdad también que se han dado por buenas ciertas afirmaciones que ahí se hacen, y que no son del todo veraces, sobre el carácter de Charlotte en particular y la vida de las tres hermanas en general. Esa vida de soledad y dureza, por ejemplo, que no fue tan extrema, o al menos no más que la de muchos de sus contemporáneos. Entre Charlotte y Elizabeth crearon el mito Brontë.

La razón de que Gaskell inclinase un poco la balanza y retratase a Charlotte como una mujer decente, ajustada al canon de la mujer victoriana y sin pensamiento poco femenino, viene motivada quizá por el ataque por parte de algunos grupos conservadores que tildaban de "ordinaria", "vulgar" y "poco delicada" la historia de Jane Eyre y a su protagonista. Como podemos observar la errónea disociación de femenino frente a feminista ya empezaba a trazarse por aquel entonces. Lamentablemente todavía hoy en día, pleno siglo XXI, hay quien sigue planteando la cuestión en estos términos.

Charlotte Brontë (1816-1855)
¿Cómo era entonces Charlotte Brontë? Hija de Patrick Brontë, clérigo irlandés y de Maria Branwell, tuvo cinco hermanos. El fallecimiento de dos de ellas, Maria y Elizabeth en Cowan Bridge- lugar que aparece representado en Jane Eyre por la institución Lowood, siendo Helen Burns la imagen de su hermana Maria- la convirtió en la mayor e hizo de ella una mujer siempre preocupada por el resto de la familia, de los que se sentía responsable. 

Y era además una mujer, como ya dijimos, pasional, que en su estancia en Bruselas (1842-1843) se enamoró de un profesor ya casado, Héger- se dice que quizá Mr. Rochester sea un retrato de dicho profesor belga- por quien no fue correspondida y al que escribió encendidas cartas de amor

Era también una mujer con ciertas inseguridades a nivel físico. A pesar de los favorecedores retratos que de ella se han hecho, como el que ilustra esta reseña, no era una mujer particularmente agraciada. Y lo sabía. Puede que por esto decidiese crear una heroína sin grandes atractivos físico pero que cautiva por su gran fuerza interior.

Y fue Charlotte un mujer victoriana que escribió una novela feminista, con un personaje inolvidable, un mujer en lucha por su propia identidad, por su independencia, por la igualdad.

Y es que actualmente en muchas ocasiones se ha simplificado y reducido Jane Eyre a una simple historia de amor. Pero el asunto no es tan simple. Es la historia de una mujer muy alejada de los convencionalismos de la época, que no sucumbe a la pasividad y a la mera observación, que piensa y actúa siguiendo su propia conciencia.
 
"I care for myself. The more solitary, the more friendless, the more unsustained I am, the more I will respect myself."
("A mí me importa lo que hago. Cuanto más solitaria, sin amigos y sin apoyo, más me respetaré a mí misma.")
Jane, con un infancia de desarraigo, humillaciones y privaciones, se erige como una adulta segura, que no ceja en su búsqueda de esa independencia. Podría haber sido la perfecta heroína victoriana, la pobre Cenicienta que encuentra su príncipe azul en Mr. Rochester, el rico dueño de la casa, pero no se conforma: toma la iniciativa, le declara su amor, es evidente su atracción física hacia él, pretende igualarse a un hombre y de clase superior,... Y la llamaron ordinaria y vulgar... 
 
"I am my own mistress."
("Yo soy mi dueña")

Si Jane tiene méritos propios para conseguir lo que desea, es verdad que la fortuna le sonríe al llegar Thornfield Hall: su pupila es una niña encantadora, es tratada con respeto por aquellos con los que trabaja y Mr. Rochester resulta ser un hombre inteligente que sabe apreciar y valorar a Jane como ésta se merece... 
"I grieve to leave Thornfield: I love Thornfield:- I love it, becaue I have lived in it a full and delightful life,- momentarily at least. I have not been trampled on. I have not been petrified."
("Me aflige abandonar Thornfield. Amo Thornfield; lo amo porque he vivido aquí una vida plena y encantadora, por lo menos durante algún tiempo. No me han pisoteado, ni me han anquilosado."    
Jane Eyre está contada en primera persona, con un lenguaje vivaz, enérgico pero sencillo y con frecuentes y poderosas imágenes, con abundantes elementos góticos y románticos, y en retrospectiva. No es hasta el último capítulo que sabemos que ya han pasado diez años desde los últimos acontecimientos. Y en el discurrir de esa historia somos testigos de la evolución desde una infancia de dolor y de encierro a una feliz madurez en libertad.
"I am no bird; and no net ensnares me: I am a free human being with an independent will."
("Yo no soy ningún pájaro, ni estoy atrapada en ninguna red. Soy un ser libre con voluntad propia.")  
Al tema del colonialismo y a la figura de Bertha Mason le dedicaré un análisis aparte en la reseña de Ancho mar de los Sargazos de Jean Rhys. Retomaremos entonces la figura de Mr. Rochester. Veremos la otra cara de la moneda.

Marcapáginas 186
(Ésta es la edición que he leído, World's Classics de Oxford University Press)

Cowan Bridge, el Lowood de 'Jane Eyre'

Hoy nos vamos a acercar hasta Howarth, al hogar de los Brontë o, más concretamente, a la escuela de Cowan Bridge, en Lancashire, a unos 80 kilómetros de Haworth. Es allí donde el reverendo Patrick Brontë envía a cuatro de sus hijas, Maria, Elizabeth, Charlotte y Emily, unos tres años después de enviudar, viendo en esta escuela para "hijas de clérigos con ingresos limitados” la única solución para la educación de sus pequeñas. Pero Cowan Bridge fue una dura experiencia para las hermanas Brontë, especialmente para las dos mayores.
 
Las condiciones en Cowan Bridge son especialmente duras. Como considera más que probable que sus alumnas seguirán siendo pobres, el duro, temible e implacable William Carus-Wilson educa a sus pupilas en un rígido y estricto régimen espartano que facilite el inculcarles la humildad y resignación cristiana.

El estallido a comienzos de 1825 de un virulento brote de tifus, acentuado por la debilidad de las jóvenes alumnas y las condiciones de la escuela, provoca la infección de muchas de ellas y obliga a suspender las clases. Esto supondría una gran liberación para algunas de las alumnas, para la mayoría; no así para Maria, que en febrero con síntomas de la tuberculosis, cuando poco podía hacerse ya, es enviada a casa, en donde muere en mayo de 1825. Poco después, al principio del verano de ese mismo año, fallecería Elizabeth, tras ser enviada a casa desde Cowan Bridge con síntomas de la misma enfermedad.


Unos treinta años después, una compañera describe a Elizabeth Gaskell los crueles descuidos que sufrió la pobre Maria en la escuela y que aquella reproduce en su conocida biografía sobre Charlotte Brontë,
"El dormitorio en el que Maria dormía era una gran sala… y en el fondo… había una pequeña habitación… que estaba preparada para el uso de la señorita Scatcherd. La cama de Maria era la mas próxima a la puerta de esta habitación…Una mañana en que (Maria) se había despertado verdaderamente mal por tener un vejigatorio en su costado (y la herida no estaba todavía completamente cerrada), al sonar la campana para levantarse, la pobre expresó que se sentía tan enferma, tan realmente enferma, que anhelaba quedarse en la cama; algunas niñas le insistieron para que lo hiciera y que ellas se lo explicarían todo a la señorita Temple, la superintendente. Pero la señorita Scatcherd estaba al lado y Maria tuvo que soportar su cólera antes de que la amable solicitud de la señorita Temple pudiera intervenir. Por lo cual la niña enferma comenzó a vestirse, temblando de frío, y sin dejar la cama se puso lentamente sus medias negras en las delgadas piernas (la informadora cuenta que en cuanto vio esto, mostró en su rostro una tremenda indignación). Entonces la señorita Scatcherd salió de su habitación y, sin formular una sola palabra para pedir una explicación a la muchacha enferma y asustada, la asió por el brazo, por el mismo lado donde el vejigatorio había sido aplicado, y con un vigoroso movimiento la tiró al suelo, insultándola por tener tan sucios y desordenados hábitos. Y allí la dejó. La informadora cuenta que Maria apenas habló, excepto para suplicar a algunas de las más indignadas compañeras que se tranquilizasen; pero despacio, con movimientos temblorosos y muchas pausas, bajó las escaleras. Fue castigada por llegar tarde.”
Maria Brontë
Cowan Bridge quedaría para siempre inmortalizada como la institución  Lowood, dirigida por el insensible Brocklehurst, en Jane Eyre, de Charlotte BrontëLa inteligente, piadosa y paciente Helen Burns de la novela sería creada por Charlotte, veinte años más tarde y como ella misma afirmó, en memoria de su dulce y lúcida hermana mayor, cuya muerte lloró durante toda la vida. Muchos lectores ya en la época de la publicación de la novela (1847) opinaban que el personaje de Helen  era "Too good to be true"; Charlotte insistía ante estos comentarios en que era un retrato fiel y fidedigno de su querida hermana.
 
Son numerosos los libros sobre las hermanas Brontë, desde la muy recomendable biografía de Elizabeth Gaskell ya mencionada, el libro de James Parton de 1886, Daughters of Genius, hasta el precioso y muy ameno libro titulado Las hermanas Brontë en Howarth, de Juliet Gardiner, (Odín Ediciones) que además de encantadoras ilustraciones contiene un detallado análisis, a través de cartas y otros materiales, del mundo interior de las Brontë. Volveremos a él...
 
 

lunes, 22 de febrero de 2016

'Historia de las tierras y los lugares legendarios', de Umberto Eco

Acaba de fallecer hace apenas unos días Umberto Eco, el escritor italiano autor entre otras muchas obras de, por ejemplo, El péndulo de Foucault, El nombre de la rosa o este precioso libro que hoy os acerco, Historia de las tierras y los lugares legendarios.

Nos dice el autor en el prefacio del libro, 
"(...) las tierras y los lugares legendarios son de distinto género y solo tienen en común una característica: tanto si dependen de leyendas antiquísimas cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos, como si son producto de una invención moderna, han originado flujos de creencias.
Y de la realidad de estas ilusiones es de lo que se ocupa este libro." 
Y en estas ilusiones, añadiría yo, se zambulle el lector con sumo agrado y deleite.

Historia de las tierras y los lugares legendarios es un muy atractivo recorrido por el mundo de lo soñado, de lo imaginado pero también de esa parte de la historia real que la pátina tiempo y el pulido de los sucesivos narradores han dotado del toque mágico del mito y la legenda. 

Comenzando por las Antípodas, el santo Grial y la tierras de la Biblia, recorreremos la isla de Utopía y el País de Jauja, visitaremos la isla de Salomón, Agartha, El Dorado, la fortaleza de Alamut,... para acabar recreando lugares novelescos como Baker Street, la Isla del Tesoro de Stevenson o la Tierra Media de Tolkien.
 
Entre todos ellos destacaría un capítulo de especial disfrute al menos en mi caso: el 14, dedicado a Rennes-le-Château- precioso pueblecito a unos cuarenta kilómetros de Carcasona que tuve el gusto de visitar hace unos años- capítulo en el que el autor desmonta paso a paso el misterio que lo rodea.       

Además del ágil texto de Eco, en el libro abundan los cuadros, los mapas,... imágenes todas ellas de gran belleza y calidad que se suman al esmerado mimo que caracteriza esta edición de Lumen. Pero además de con la historia del mito o legenda cuenta el libro, y me parece este uno de los grandes aciertos del mismo, con extractos al final de cada capítulo de aquellos textos clásicos a través de los que se ha ido forjando el mito o leyenda: Aristóteles, Platón, Colón, Marco Polo, Boccacio, los hermanos Grimm,.... y tantos otros.    

Historias de las tierras y lugares legendarios es un bellísimo y ameno libro, un lugar en el que refugiarse de las arremetidas del día a día o del tedio de la realidad cotidiana. Y soñar.  
 

domingo, 21 de febrero de 2016

Cambiamos de día... pero seguimos


Una entrada breve la de hoy, brevísima más bien, simplemente para comunicaros a aquellos y aquellas que leéis mis artículos en Neupic sobre curiosidades de la historia, principalmente de los siglos XVIII y XIX, que estos cambiarán su fecha de publicación. A partir de esta semana saldrán cada viernes, no cada sábado como venía siendo habitual. 

Y ya que estamos, si queréis leer mis publicaciones en esa plataforma hasta la fecha, podéis hacerlo picando AQUÍ y registrándoos (es muy sencillo y además gratuito) en Neupic.

Y nada más por hoy... ¡Feliz domingo!
 

viernes, 19 de febrero de 2016

Lectura conjunta: 'Mientras agonizo', de William Faulkner

Sí, habéis leído bien. Nueva lectura conjunta en el blog. William Faulkner- uno de los pioneros, junto a James Joyce o Virginia Woolf, del uso de la denominada "stream of consciousness" en su narrativa-es uno de nuestros autores para la segunda quincena de marzo.

As I lay dying (Mientras agonizo), considerada una de las mejores novelas del siglo XX, nos narra la muerte de Addie Bundren y el traslado que de su cuerpo hace la familia, pobre y de un entorno rural, a su ciudad natal en Mississippi, como era el deseo de la fallecida. Y durante ese viaje, y a través de la perspectiva de diferentes personajes, iremos conociendo las motivaciones que llevan a cada uno de los miembros de la familia a desear cumplir ese último deseo de Addie.  

Si os animáis a leerla o releerla y participar compartiendo con nosotros vuestras opiniones y puntos de vista sobre esta gran novela, deberéis decírmelo en el hilo correspondiente en el grupo de Facebook  Los libros de Carmen y amig@s, que es en lugar en donde celebraremos las tertulias sobre la lectura, o en Twitter. El plazo para anotarse acaba ya el 29 de febrero.  Así la segunda quincena de marzo leemos y la primera de abril ya comentamos. 

Para participar no hay que ser seguidor del blog, ni difundir si no os apetece o no os viene bien, aunque se agradece mucho; solo deberéis tener el libro y ganas, muchas ganas de charlar sobre buena literatura como es el caso.

Y tan solo añadir que yo haré la relectura en inglés pero que hay traducciones al castellano en varias editoriales.

¿Qué me decís? ¿Os unís a la tertulia?...

PARTICIPANTES
...
- Carmen, del blog Carmen y amigos

miércoles, 17 de febrero de 2016

Curiosidades y anécdotas de escritores

 
Hoy toca una entrada curiosa. Decidme, ¿os apetecen unas cuantas anécdotas, extravagancias y curiosidades con conocidos escritores como protagonistas? ¿Sí? Pues allá vamos...
       
 
 UN HOMBRE DE LETRAS OBSESIONADO CON LOS NÚMEROS
 
Émile Zola (1840-1902), escritor francés, vivía obsesionado con los números; no podía pasear sin inevitablemente ir contando las farolas o los tranvías que pasaban. Para él los números estaban íntimamente en conexión con sentimientos placenteros o desagradables, según el caso. Así, por ejemplo,  los múltiplos de 3 los relacionaba con la maldad, los múltiplos de 7 con la buena suerte y el 17 era para él el numero más gafe de todos. Hoy, día 17, no estaría Zola muy tranquilo...
 
 
EL MANCO DEL ESPANTO 
 
Miguel de Cervantes (1547-1616) es por todos conocido como "el manco de Lepanto" por la pérdida del brazo izquierdo en la batalla del mismo nombre frente al imperio otomano. Quizá es menos sabido que los pobres y dolidos contribuyentes llegaron a llamarle "el manco del espanto" durante el tiempo en el que fue recaudador de impuestos para la Corona.
 

 
SEAMOS PRÁCTICOS

Cuando le preguntaron al escritor inglés G. K. Chesterton (1874-1936) qué libro se llevaría a una isla desierta su respuesta no pudo venir más al caso. Elegiría, dijo,  La guía práctica para construir una embarcación, de C. Thomas.  
 
 
Y PUNTO

La escritora norteamericana Gertrude Stein (1874-1946) sentía verdadera aversión por los signos de puntuación, a excepción del punto y como que consideraba "con vida propia". Las comas las tenía por "serviles", los signos de interrogación y admiración por "realmente repugnantes"). Así que evitaba manifiestamente estos artilugios, a su entender, innecesarios.  
  
 

PREMIO NOBEL DE LITERATURA. DE VOCACIÓN, BAILARINA
 
La autora Nadine Gordimer (1923-2014), premio Nobel de Literatura en 1991, tuvo que abandonar su vocación, la danza, a la edad de 11 años aquejada de una dolencia cardíaca. Este hecho la convirtió en una niña solitaria y retraída que buscó refugio en la biblioteca de su ciudad natal, Springs. Ahí, entre esas paredes, nació su afición a la literatura y a la escritura.
 
 
 
LO BUENO SI BREVE...
 
Y hablando de signos de puntuación, cuentan que el escritor francés Victor Hugo (1802-1885) envió una muy escueta nota a sus editores, Hurst & Blackbett, en la que preguntaba sobre las ventas de su recientemente publicada Les Miserables. La nota decía tan solo, "?". La respuesta fue igual de sucinta, "!". Para qué más palabras
 
 
COMO LA VIDA MISMA
 
Daniel Defoe (1660-1731) transcribe en su novela Robinson Crusoe la historia real acontecida en las Islas Galápagos al escocés Alexander Selkirk, que, tras encabezar una protesta de la tripulación del barco en que trabajaba, fue castigado por su capitán Strading- era una castigo no infrecuente- a ser abandonado con escaso víveres en una isla deshabitada. Sobrevivió y recorrió posteriormente toda Inglaterra contando sus cinco años en la isla. Puede que Defoe llegase a conocer la historia por boca del propio protagonista.
 
 
BIEN DICHO
 
Cuentan que uno de los asistentes asiduos a las tertulias que Madame de Staël (1766-1817)organizaba en sus salones le preguntó en una ocasión el porqué las mujeres bellas tenían más éxito que las inteligentes a lo que la autora respondió, "Sepa usted que eso es así porque no hay muchos hombres ciegos pero sí abundan los tontos". 
 
 
SIN PRISAS
  
De James Joyce (1882-1941) es bien conocida su meticulosidad en el trabajo. En relación a esto, cuentan que un día que unos amigos pasaron por su casa a visitarlo lo encontraron tumbado en la mesa de la cocina mirando fijamente el techo. Al preguntaré qué sucedía, les respondió, "Hoy he escrito cinco palabras". Conociendo su perfeccionismo, intentaron animarle diciéndole, "¡Pero eso está muy bien!". Joyce les respondió sin quitar la vista del techo, "Sí, pero no sé en qué orden colocarlas." 
 
 
Y estas son por hoy... Por supuesto, si queréis contarme vosotr@s alguna anécdota o curiosidad que conozcáis de algún escritor, yo encantada de escucharos. Ya sabéis por dónde ando... 
 
  

lunes, 15 de febrero de 2016

Reto Tarro-libros 2016. Participantes. (Segunda parte)


¡Hola a tod@s! Ya estamos aquí con la segunda tanda de tarro-libros como habíamos quedado. Más de un centenar los botes que os mostraba en la primera parte y más de un centenar en esta segunda. Superamos en esta segunda convocatoria los 200 tarro-libros y llegamos a cerca de 225 tarro-librer@s, ya que son muchos los participantes que comparten su tarro-libro con miembros de la familia. Ya sabéis el dicho, 'La familia que lee unida...'  

La publicación de esta entrada da por concluida la formación del Grupo Tarro-libros 2016, que queda definido en cuanto a miembros. Han quedado fuera, y bien que lo sentimos, l@s que han solicitado la admisión una vez cerrado el plazo y aquellos y aquellas que no han mostrado el tarro-libro al grupo. Así que a partir de ahora comienzan ya las actividades conjuntas, además de las aportaciones al grupo tras las lecturas individuales, y la primera, ya os adelanto, no se hará esperar mucho. 
 
Y sin más os dejo ya la segunda remesa de tarro-libros y al final de la entrada nuestro bonito marcapáginas oficial... 



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Y, como os decía y para despedirnos ya, nuestro marcapáginas. ¿Os gusta?

Nos leemos...