No sé si os acordaréis que la Editorial Planeta hace algún tiempo me había enviado este libro dentro de un precioso buzón rojo... Pues tenía pendiente la reseña casi desde entonces. Laky, del blog Libros que hay que leer, también recibió el libro y hace unos días lo reseñó en su blog. Picad AQUÍ si queréis leer su reseña.
Hay que decir que el libro, a priori, tiene muy buena pinta, lo que me animó a aceptar el ofrecimiento de la editorial. Un grupo de amigas acaba de perder a una de sus miembros, Raquel, fallecida recientemente. Después del dolor por la pérdida, reciben una enorme sorpresa; como última voluntad Raquel les ha pedido que cumplan un deseo cada una de sus amigas. No voy especificaros cada uno de esas peticiones pero os diré que lo que pretende con ellas es que sus amigas, a las que parece que conocía perfectamente, dejen atrás ciertos miedos que les impiden llevar unas vidas más plenas. Y Raquel, ya fallecida, y sus deseos cambiarán sus vidas drásticamente: la de Kate, ama de casa y cuya dedicación a su marido e hijos ocupa toda su vida; la de Sarah, a quien el recuerdo de un antiguo amor no le deja recuperar su vida; la de Jo, que lleva una exitosa vida profesional, pero un poco egoísta y sin verdaderos arraigos afectivos.
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Lisa Verge Higgins |
El lenguaje es sencillo, la lectura se hace ágil, no podemos decir que no sea entretenido pero, como cada lector es un mundo, debo confesar que el hecho de que la novela comenzase con la repetición de la palabra "cachas" (seis veces en tres páginas), me predispuso en contra desde el principio. Además la historia de Sarah es realmente una típica novela romántica, un poco abreviada, con dos hombres y una mujer indecisa, estupenda para quienes les guste este tipo de literatura, pero no es mi caso.
Es verdad que la autora intercala escenas de amor, otras divertidas, incluye vida familiar, niños, viajes, una ONG (para darle un toque social al libro, supongo),... para hacerlo amena. Y seguramente si algunas de vosotras se anima a leer la novela la encontrará divertida, y un buen entretenimiento para unas horas de lectura al sol. No es, sin embargo, el tipo de libro que logra atraparme. Párrafos como éste, además, me dejan fría, con ganas de cerrar el libro y dejarlo pasar.
"Sarah ahuecó los dedos contra la curva que formaba su músculo pectoral duro y tenso, bajo su mano. Quería acariciarlo sin ropa de por medio. Quería sentirlo. Sam, un hombre de verdad, de carne y hueso, de alma y corazón, delante de ella en todo su esplendor cálido y anhelante."
Marcapáginas 30 |